Un Ejecutivo bajo sospecha
La nueva Comisión Europea recibirá hoy en Bruselas el formal visto bueno de los 25 Gobiernos de la UE y se estrenará el lunes. Bien por imposición del Parlamento, bien por iniciativa de Durão Barroso, son éstos los especiales condicionantes a los que estará sometido el nuevo Ejecutivo comunitario.
- Retirada de confianza. Por imposición de la Eurocámara aceptada por Barroso, si el Parlamento retira en votación la confianza a un comisario, el presidente de la Comisión le pedirá su dimisión y, si no lo hace, tendrá que justificarlo ante los eurodiputados, que disponen del arma de la moción de censura. No había un mecanismo de estas características.
La Eurocámara soslaya así el sagrado principio de la colegialidad, según el cual la Comisión es responsable de sus actos en su conjunto. "La colegialidad no es un seguro de vida para cada uno, no es un blindaje", destacó ayer el presidente de la Cámara, Josep Borrell. Además, si Barroso cambia a un comisario, el nuevo deberá pasar el examen correspondiente ante el Parlamento. "He recibido el compromiso de mi equipo de que los comisarios renunciarán si les pido que lo hagan", aclaró ayer Barroso. "Examinaré cualquier crítica de esta Cámara sobre el rendimiento de los comisarios. Reafirmamos así el principio de responsabilidad individual sin poner en entredicho el principio de colegialidad", añadió.
- Conflicto de intereses. También por decisión de los eurodiputados, Barroso será "responsable" de cualquier conflicto de intereses y de sus consecuencias. Es un aviso por mantener en la cartera de Competencia a la liberal holandesa Neelie Kroes, quien ha trabajado para decenas de empresas.
- Recortes a Frattini. Ante las fuertes críticas que recibió el italiano Rocco Buttiglione, Barroso prometió dos cosas: que crearía una agencia de derechos fundamentales para luchar contra la discriminación y que todas las iniciativas legales relativas a esos derechos no serían gestionadas por el entonces aspirante a comisario bajo sospecha, sino que serían coordinadas por tres comisarios (la sueca Margot Wallström, el checo Vladimir Spidla y el propio Buttiglione) bajo la dirección de Barroso. Pese a que la cartera ha pasado a manos de Franco Frattini, el compromiso sigue en pie.
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