U2 se sumerge en la pura mercadotecnia
El grupo irlandés retoma su rock más fuerte
U2 publica su nuevo disco, How to dismantle an atomic bomb, el próximo lunes. Cómo desactivar una bomba atómica ha sido precedido por un sencillo que contiene la canción Vertigo, cuyo clip se grabó los días 19 y 20 de septiembre en el Delta del Ebro. El camino ha sido allanado por una monumental campaña de promoción que explota hasta la saciedad todo lo que tenga que ver con la actualidad del cuarteto dublinés. Detrás del gran montaje: música rotunda que confirma la vuelta de U2 al rock potente.
Ante semejante avalancha sólo queda el sarcasmo. Ni los más viejos del lugar recuerdan una campaña de precalentamiento similar en lanzamientos de rock. Comenzó en el verano, con el anuncio de la desaparición de la copia del disco que tenía el guitarrista The Edge, transformando una anécdota en una noticia internacional, ya que detrás, se sugería, podía estar la mano negra de las mafias de la piratería. A partir de ese momento, U2 se ha convertido en una incansable agencia de noticias, incluyendo las negativas: no, no van a adelantar la fecha de salida por la filtración del disco a los servicios de intercambio de Internet. No, no es cierto que ya se puedan comprar entradas para la nueva gira de U2 (ahora sí, ya se ha anunciado oficialmente que comienza el 1 de marzo en Florida y que el Ayuntamiento de Zaragoza se ha garantizado uno de los conciertos). Se sabe que U2 protagonizará un blitzkrieg promocional, actuando en los principales talk shows de la televisión estadounidense. Y que sufrieron muchísimo durante el rodaje del vídeo de Vertigo en España, según evocación humorística de The Edge: "Hemos tenido lluvia, viento, tormentas de arena. ¿Cómo es que Duran Duran consiguen irse a las islas Seychelles y se rodean de chicas estupendas en un gran yate? Aquí hay algo que no me cuadra".
Sin olvidar las diferentes versiones de Vertigo y How to dismantle an atomic bomb que están llegando a las tiendas. O la edición especial U2 (caja negra, autógrafos en el dorso, un PVP de 349 dólares en EE UU) del iPod, el popular reproductor de Apple, que los irlandeses publicitan sin pudor en el primer anuncio televisivo de su carrera. Tal avalancha de noticias no es casual: según una fuente anónima de la delegación española de la discográfica de U2, Universal, "se trata de potenciar por todos los medios la imagen de grupo musical, que estaba siendo eclipsada por las actividades humanitarias de Bono en solitario". El riesgo de tal estrategia está en tapar la música con el retumbar de la artillería del marketing. Y hay rotunda música detrás del gran montaje: How to dismantle an atomic bomb confirma la vuelta al rock potente de All that you can't leave behind (2000), con canciones inspiradas por asuntos personales -la muerte del padre de Bono, la hija de The Edge- o temas candentes, como la crisis del sida en África o el drama de Jerusalén.
La inteligencia y la pasión de los dublineses debe competir ahora con su propia apisonadora mediática.
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