El juego de la lucha contra el ejército de Israel
Ahmad es el héroe. Nació en Líbano en 1982, durante la invasión israelí. Vive en Jerusalén como un ciudadano de segunda y rechaza la violencia, hasta que los israelíes derrumban su vivienda familiar. Las piedras de la pared de su habitación serán sus primeras armas.
Ahmad es el protagonista de Under Ash, un juego sobre la lucha palestina contra Israel desde 1988 hasta los acuerdos de paz de 1992. Ahmad, su amigo del alma Khaled, novio de su hermana Mariam, y Abou Al-Himam, mercader durante el día y cerebro de la resistencia por la noche, son personajes más complejos de los que se encuentran habitualmente en los videojuegos: dudan, reflexionan y cambian según las situaciones. "Queremos distanciarnos de los productos que presentan una visión maniquea de la realidad", explica Radwan Kasmiya, ingeniero electrónico de 31 años, autor de Under Ash. Para Kasmiya, el juego es "una nueva forma de contar la historia", y niega que sea la otra cara de los juegos del ejército norteamericano como Delta Force, en que el árabe es el enemigo que destruir.
El recorrido empieza con Ahmad sorteando los tanques israelíes para llegar a la mezquita de Al Aqsa. Una vez ahí, en vez de rezar debe evacuar a un palestino herido. En otras fases intenta infiltrarse en un asentamiento judío para izar la bandera palestina y también debe escapar de una cárcel. Ahmad nunca ataca a civiles, tampoco están admitidas las acciones suicidas, ni hay curas milagrosas ni vidas de repuesto. "La conciencia humana no puede confundir la violencia de la agresión indiscriminada con la defensa personal, ni el poder simbólico de la piedra contra el mortífero alcance de los mísiles. Under Ash condena la violencia y clama justicia. Está dirigido a los jóvenes árabes para que ayude a secar sus lágrimas y devolverle la dignidad", dice Adnan Salim, director de Afkarmedia.
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