Otro directivo de Boeing admite que cometió irregularidades

Michael Sears, el antiguo vicepresidente financiero de la compañía aeronáutica Boeing, se declaró ayer "culpable" del delito de conflicto de intereses. Sears es una de las piezas clave en el escándalo que azota desde hace meses a Boeing por las irregularidades en el concurso para la concesión de una flota de un centenar de aviones cisterna a las fuerzas aéreas estadounidenses, en el que competía con la europea Airbus.

Sears, a la vez que se desarrollaba el citado concurso, negoció con la número dos de la unidad de adquisiciones de la Air Force -las fuerzas aéreas de EE UU-, Darleen Druyun, las condiciones para su entrada en la dirección de Boeing al frente de la división del sistema de defensa. La ex oficial, a cambio, facilitó a Boeing información confidencial con los detalles de la oferta de Airbus.

Druyun fue condenada el pasado primero de octubre a nueve meses de cárcel y al pago de una multa de 5.000 dólares. Fue la primera sentencia que se dictó en EE UU contra un alto cargo del Pentágono. Druyun participó en la adjudicación de 11 contratos claves para EE UU, valorados en 30.000 millones de dólares.

Sears reconoció ayer ante el tribunal del distrito de Alexandria que con su conducta en este concurso violó la legislación federal sobre conflicto de intereses. El ex directivo de Boeing puede ser condenado a cinco años de cárcel.

El polémico contrato de los aviones cisterna está valorado en 22.000 millones de dólares (17.000 millones de euros) y la concesión de los aviones está en suspenso hasta que la investigación en curso aclare lo sucedido. Las revelaciones de Sears servirán para aclarar los procedimientos seguidos por Boeing durante los últimos años para hacerse con los contratos.