Carod asegura, un año después de las elecciones, que volvería a optar por el tripartito de izquierdas

Esquerra Republicana (ERC) considera "positiva" la evolución política de Cataluña a un año de las elecciones al Parlament que acarrearon el desalojo de Convergència i Unió (CiU) del Gobierno catalán. El líder de ERC, Josep Lluís Carod, aseguró ayer que, visto lo que ha sucedido durante este año, "volvería a hacer lo mismo" y a configurar de nuevo una mayoría de izquierdas. Los republicanos recordaron ayer de nuevo su situación de partido bisagra y amenazaron a los socialistas con provocar el fin de la legislatura catalana si en 2005 no hay un acuerdo sobre la reforma de la financiación de la Generalitat, además de la reforma del Estatut.

El acuerdo alcanzado el viernes en Miravet (Ribera d'Ebre) por los cinco partidos catalanes sobre la forma de afrontar los desacuerdos en la reforma del Estatut y en el calendario a seguir ha provocado a posteriori un cierto vértigo en dos de los que lo suscribieron. Tanto Esquerra como Convergència i Unió (CiU) se han apresurado a presentarse de nuevo como vanguardias nacionalistas y amenazan con la ruptura si no se atienden sus condiciones y los plazos.

Es lo que recordó ayer el presidente de ERC, Josep Lluís Carod, al término de la reunión de la dirección de su partido. Si en junio de 2005 no hubiera acuerdo sobre la reforma del Estatut y de la financiación, o el PSOE demorase en Madrid la aprobación de lo acordado en Cataluña, advirtió, "se abrirían las puertas a una crisis" de la que sólo se saldría con "una consulta popular o unas elecciones".

Algo muy parecido a lo que recordó ya el sábado el secretario general de ERC, Joan Puigcercós. Éste precisó que su partido no va a tolerar retrasos u obstruccionismos y que si en esta legislatura no se reforman el Estatut y la financiación, ERC "tendrá que replantearse todo: desde elecciones hasta cambiar de gobierno".

El líder de la oposición, Artur Mas, advirtió por su parte de que CiU se dispone a tener "mano de hierro" aunque "con guante de seda" en la reforma del Estatut y reiteró que en este proceso es tan importante la segunda como la primera. Mas recordó también que al fin y al cabo CiU tiene la llave de la aprobación de la reforma y aseguró que se dispone a utilizarla para garantizar que lo aprobado merece la pena.

El portavoz de los socialistas, Miquel Iceta, respondió a las amenazas y advertencias recordando que el compromiso de aprobar el proyecto de reforma en 2005 es común a todos los partidos. "Nuestra obsesión fundamental es que la redacción del Estatut se haga con discreción y termine bien, y por eso no perdemos el tiempo hablando de lo que sucedería si terminase mal", dijo.

El objetivo del PSC es, agregó, que el proyecto se vote en el Parlament antes del verano de 2005 y que el Congreso de los Diputados lo apruebe antes de finalizar ese mismo año. Y luego lanzó una pulla a ERC. "Una de las diferencias básicas entre los socialistas y ERC es que, mientras que nosotros optamos por hacer el trabajo discretamente, otros optan por hacer mucho ruido".

También el diputado de Iniciativa Verds Joan Herrera salió al paso de las amenazas de Esquerra. Las calificó de "gratuitas", porque la reforma del Estatut estará a punto en 2005 "no por las amenazas de unos u otros, sino porque es la voluntad de Cataluña y del conjunto de las fuerzas políticas".