El sucesor de Arafat en la OLP sale ileso de un intento de asesinato en Gaza

La transición palestina tras la muerte del presidente Yasir Arafat el pasado jueves en un hospital de París amenaza con teñirse de sangre. Un grupo de radicales intentó asesinar ayer al sucesor de Arafat al frente de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Mahmud Abbas, cuando se encontraba en Gaza presidiendo una ceremonia fúnebre en memoria del rais fallecido. Abbas es también el principal candidato para reemplazar a Arafat en la presidencia palestina en las elecciones que se celebrarán el próximo 9 de enero. En el tiroteo murieron dos guardaespaldas y otras cuatro personas resultaron heridas de bala.

Un grupo de hombres armados irrumpió a tiros en la tarde de ayer en la carpa donde se celebraba el homenaje a Arafat en el que participaban Mahmud Abbas y su hombre de confianza en asuntos de seguridad, el coronel Mohamed Dahlan, quien obligó al nuevo presidente de la OLP a tirarse al suelo para evitar las balas.

Las fuerzas de seguridad palestinas respondieron inmediatamente al ataque de los milicianos contra sus dirigentes. El intercambio de disparos sembró el pánico entre los centenares de personas que se habían congregado en los alrededores para participar también en el acto fúnebre.Un miembro de la guardia presidencial Fuerza 17 y un guardaespaldas resultaron muertos y cuatro personas del público heridas. Algunos de los autores del atentado fueron detenidos en el mismo lugar de los hechos.

Tanto Abbas como Dahlan intentaron posteriormente quitar importancia al incidente, que fue difundido prácticamente en directo por la cadena de televisión Al Yazira. El presidente de la OLP afirmó que los hechos no tenían "ninguna dimensión política o personal" y que simplemente se había tratado de "fricciones entre hombres armados que disparaban al aire". Pese a sus palabras, el suceso pone de manifiesto la fragilidad del proceso de transición palestina que los herederos de Arafat tratan de impulsar pacíficamente.

Mahmud Abbas, que es muy impopular en Gaza pese a ser originario de la franja, fue elegido ayer oficialmente por la dirección de Al Fatah candidato a las elecciones presidenciales palestinas que se celebrarán finalmente el próximo 9 de enero. Pese al respaldo de Europa y Estados Unidos con que cuenta la convocatoria, ésta recibió ayer un jarro de agua fría por parte del principal grupo integrista palestino. La dirección de Hamás anunció que no respetará niguna tregua con Israel y que boicoteará los comicios presidenciales si no van acompañados de elecciones legislativas.

Por su parte, el Gobierno israelí hizo ayer algunos tímidos gestos de distensión hacia la nueva jefatura palestina para favorecer la transición política. El Ejército de Israel permitió por primera vez en dos años que la policía palestina patrullara por las calles de Ramala, la capital de Cisjordania, uniformada y con armas, y alivió el cerco a las ciudades de Nablús y Yenín. "Estamos haciendo con los palestinos la mejor cooperación en materia de seguridad después de mucho tiempo", afirmó el jefe del Estado Mayor israelí, el general Moshe Yaalon.

En el esfuerzo internacional por abrir una una etapa en Oriente Próximo tras la muerte de Arafat, el Gobierno egipcio ha puesto en marcha una intensa actividad diplomática con el objetivo de reunir próximamente en El Cairo a todas las facciones palestinas para firmar un acuerdo de unidad nacional.