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Reportaje:

El 0,7% diez años después

Protagonistas de 1994 reflexionan sobre una protesta que sentó las bases de los actuales movimientos sociales

Clara Blanchar

Fue una movilización heterogénea, horizontal y con gran dosis de espontaneidad. Un gran éxito con una respuesta y una repercusión social que nadie esperaba. Y visto en perspectiva, el origen de una red de colectivos, organizaciones y personas que integran los movimientos sociales que han gestado iniciativas como la Red Ciudadana para la Abolición de la Deuda Externa, que impulsó la consulta popular del año 2000; campañas como la de rechazo a la Cumbre Europea de Barcelona de 2001, y las históricas manifestaciones contra la invasión de Irak. El sábado se conmemoró con una jornada de debate el décimo aniversario del inicio de las acampadas que durante cinco semanas llenaron parques y plazas de muchas poblaciones catalanas en demanda de la aportación del 0,7% de los presupuestos públicos a ayuda a los países en desarrollo.

En Barcelona, un millar de tiendas abarrotaron el césped de la Diagonal. Participantes procedentes de movimientos de solidaridad, ecologistas, antimilitaristas, católicos de base, defensores de los derechos humanos, miebros de asociaciones de vecinos, de mujeres... o ciudadanos que se engancharon.

Otro gran grupo lo integraron los estudiantes. Como David Llistar, que iba para físico, tenía 22 años y "ganas de hablar de algo más que de átomos". Hoy trabaja en el Observatorio de la Deuda de la Universidad Politécnica (UPC) y distingue entre quienes "se estrenaron" con él y quienes, con unos años más, lo impulsaron. "La mezcla de procedencias y generaciones dio lugar a una cultura asamblearia y una red de contactos que permitió estructurar otras formas de movilización y que hoy es una de las patas del movimiento antiglobalización", afirma.

La repercusión más inmediata de las acampadas del 0,7% fue introducir en la opinión pública la discusión sobre las desigualdades, la pobreza y sus orígenes. "Ésa fue la gran victoria, la convulsión social y el debate mediático sobre las causas de las desigualdades entre el norte y el sur", asegura Juan Martínez, de 47 años y profesor de la Cátedra Unesco de Desarrollo Sostenible de la UPC.

La lucha por el 0,7% es histórica, recuerda Martínez. Viene de la década de 1960, cuando la ONU instó a los países a dedicar el 1% de sus presupuestos a ayuda al desarrollo. Una década después, visto el nulo éxito, la propuesta se repartió: las administraciones aportarían el 0,7% y el sector privado el 0,3% restante. "De éste, nunca más se habló", señala.

Pero ¿y que pasó con el 0,7%? "En los años siguientes a 1994, la Administración central dio un paso atrás. Curiosamente se remontó un poco con el PP, a partir de 1998", recuerda Martínez. El actual Gobierno se ha comprometido a alcanzar el 0,3% del PIB. "Pero lo que sí se logró fue una gran respuesta de gobiernos regionales y, sobre todo, ayuntamientos, que crearon áreas de cooperación", subraya.

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Las ONG son las otras grandes beneficiarias de la movilización del 0,7%. "Deberían estar eternamente agradecidas por ese movimiento de solidaridad", afirma Gabriela Serra, de 52 años, de la organización Entre Pobles. La ONG a la que pertenece fue de las pocas que se sumaron a la campaña del 0,7%. "Desconozco por qué la mayoría de las ONG no se sumaron. Quizá porque les vino grande, por un cierto recelo, porque se vieron abrumadas...", son causas que apunta. Lo cierto es que no sólo se vieron beneficiadas, sino que el boom de creación de ONG de mediados de los noventa tuvo origen precisamente en las acampadas.

Tanto Llistar, en la treintena, como Martínez y Serra, con recorridos más largos en los movimientos sociales, destacan, por encima de los porcentajes, el antes y el después que marcó la protesta de noviembre y diciembre de 1994. "Una reivindicación muy concreta que derivó en una reflexión mucho más profunda y de mayor alcance sobre las políticas neoliberales", dice Serra. "Proceso de madurez", lo llama Llistar. "Un instrumento social y político que dio lugar a una época muy interesante", define Martínez.

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Sobre la firma

Clara Blanchar
Centrada en la información sobre Barcelona, la política municipal, la ciudad y sus conflictos son su materia prima. Especializada en temas de urbanismo, movilidad, movimientos sociales y vivienda, ha trabajado en las secciones de economía, política y deportes. Es licenciada por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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