Profunda reflexión
Al parecer, el único llamado a efectuar una profunda reflexión en Andalucía, esta semana, es Pedro Pacheco. Debe pensar en torno al estado actual en el que se encuentra el pacto de gobierno que suscribió su partido, el PSA, con el PP en el Ayuntamiento de Jerez. Las pésimas relaciones que mantiene con la alcaldesa, la popular, María José García Pelayo han llevado al PP a replantearse las cosas hasta el punto de que el pacto pende de un hilo. En el partido de Pacheco no se dan por aludidos y consideran, en definitiva, que son sus socios los que han tensado la cuerda innecesariamente, máxime cuando no cabe lugar a sorpresas en cuanto al comportamiento personal del político jerezano. Lo conocen desde hace tiempo de modo que a qué viene ahora tanta escandalera porque Pacheco quiera volar solo en la acción de gobierno de un ayuntamiento que estima poco menos que suyo, a pesar de que ya no cuente con los votos suficientes.
Por tanto, toca reflexionar a un Pacheco que no hace más que recibir mensajes bien claritos por parte del PP .El último, de su presidente, Javier Arenas quien asegura que no está en condiciones de garantizar que sea alcalde en Junio de 2005, tal y como figura en el acuerdo firmado entre ambos partidos, un acuerdo que posibilitó que nada menos que el tercer partido político surgido de las urnas se hiciera con la alcaldía arrebatándosela así a la candidata del PSOE, Pilar Sánchez, que fue la más votada. A pesar de ello, Arenas no piensa que se incumpla lo pactado, sino que residencia en Pacheco todas las dificultades surgidas. Si éste es el problema, todo será cuestión de que se eche un lado el ex alcalde para que el entendimiento entre PSA y PP siga adelante. Ésa es la idea, aunque otra cosa es que en las filas del partido de Pacheco haya alguien dispuesto a secundarla, máxime cuando para éste no cabe, en estos momentos, ninguna salida airosa posible. Lo único que le queda es volver a la alcaldía. Ya no está el PP gobernando en Madrid con lo que se reducen las posibilidades de recolocación del veterano político andaluz en otras instancias políticas o administrativas. Atrás quedan esos viajes de Pacheco a Madrid para entrevistarse con Arenas y planificar el futuro. Unas conversaciones que abrigaron un pacto que ahora se ve hechos trizas.
Su supervivencia pasa por la continuidad en la alcaldía y ahora más todavía si se tiene en cuenta que se va a echar encima, el próximo fin de semana, la responsabilidad de continuar con el proyecto del PSA en el congreso que van a celebrar en Sevilla. Tal vez no fueran esos sus planteamientos iniciales pero lo cierto es que si quiere que ese proyecto político siga adelante no tendrá más remedio que apelar a su condición de maratoniano y ser él, de nuevo, quien tire del carro. Otra cosa es lo que suceda con el PP. En este partido, se sienten satisfechos por lo conseguido hasta ahora. Su principal objetivo dicen que ya lo tiene en el bolsillo, y no es otro que mostrar a la ciudadanía jerezana, muy reacia, hasta ahora, a todo lo que le venga de la derecha, que son capaces de gobernar y que no se comen a nadie, vamos. Con eso se sienten bien pagados, según parece. Pero hay que tener cuidado porque ese capital político, mucho o poco, lo pueden perder a manos llenas si sigue el espectáculo del enfrentamiento diario con Pacheco y con una institución como es el Ayuntamiento de Jerez, convertido en el centro social, político y hasta económico de la ciudad, prácticamente, paralizado por las divergencias internas.
Es por ello lógico pensar que será finalmente el propio Arenas el que se tenga arremangar y entrar a saco en esta crisis .Sólo un encuentro suyo con Pacheco puede hacer llevar las cosas a su sitio, aunque cuesta mucho creer que los populares vayan a facilitar así como así la llegada de Pacheco a la alcaldía a pesar de que era lo firmado. Todo esto sin que se pueda descartar que se encuentre con un decreto de García Pelayo destituyéndole de toda responsabilidad en el equipo de gobierno. Un gesto de autoridad que, incluso, la sociedad jerezana lo podría encajar en términos positivos. A ver entonces cómo reacciona un Pacheco que sólo se muestra agresivo con los socialistas a pesar de que son otros los que le aprietan las tuercas.
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