Venezuela declara la alerta por lluvias torrenciales

Venezuela se encuentra en estado de alerta al superarse en un 40% el nivel histórico de lluvias, lo que hace temer la repetición del desastre que a finales de 1999 dejó entre 20.000 y 50.000 muertos. El nivel de riesgo medio fue decretado por la Defensa Civil, cuyo director, coronel Antonio Rivero, informó de que entre abril y este mes los efectos de las lluvias causaron 30 muertos, 12 desaparecidos y 73.449 afectados. Rivero añadió que "las pérdidas son incalculables" y detalló que las regiones más afectadas son los estados norteños con costas caribeñas, incluida la capital, Caracas, y sus alrededores.

"Alerta amarilla [precaución] desde hoy [por ayer] no sólo en el área metropolitana de Caracas, sino en todo el territorio nacional y principalmente en las zonas costeras del país con cordilleras y montañas", subrayó. En las zonas con esa geografía "es donde más se producen deslizamientos, derrumbes, deslaves o desbordes de quebradas que inciden sobre las poblaciones o comunidades aledañas", alertó.

El 70% de Caracas y sus alrededores es considerado de mediano y alto riesgo, añadió, y explicó que el nivel de alerta dispone que su organismo, los bomberos y otros de prevención de desastres deben estar listos para actuar.

El titular de la Defensa Civil también hizo un llamamiento a las comunidades "para que se organicen a fin de buscar lugares seguros dentro de las zonas en donde habitan", en caso de emergencias. "Lo más importante es que la comunidad se prepare y conozca los riesgos con los que vive como consecuencia de las lluvias, y su vulnerabilidad de perder la vida y sus bienes", sostuvo.

Venezuela registró su peor desastre natural poco antes de la Navidad de 1999, cuando en el macizo del monte Ávila, con alturas superiores a 2.500 metros, se registraron derrumbes y avalanchas de lodo y piedras tras persistentes lluvias. Por laderas y cerros llenos de precarias viviendas, los torrentes arrasaron con parte de la población de La Guaira, rumbo al mar Caribe y, del otro lado, hacia zonas céntricas de Caracas.

La mala planificación urbana y la peor calidad de las viviendas, asentadas en quebradas y sobre lechos de arroyos, contribuyeron a la catástrofe, según los expertos, que advierten que el desastre de entonces motivó otro de índole poblacional que puede repetirse en cualquier momento.