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Camps pide reunirse con Zapatero para exigir que no ceda ante ERC

"Esta cosa, que no es una guerra, la vamos a ganar", dice Maragall

El presidente valenciano, Francisco Camps (PP), pidió anoche una reunión urgente con José Luis Rodríguez Zapatero para exigirle que no ceda a las presiones de Esquerra Republicana de Catalunya sobre la denominación de la lengua que se habla en ambos territorios. Por su parte, Pasqual Maragall dijo: "No quiero una guerra de lenguas. Pero esta cosa, que no es una guerra, la hemos de ganar y la ganaremos porque lenguas no hay dos, hay una".

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Francisco Camps consideró ayer la reunión del presidente José Luis Rodríguez Zapatero con los dirigentes de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) -en la que se acordó que el Gobierno reconocerá la unidad lingüística del catalán a cambio del apoyo de los nacionalistas a los Presupuestos del Estado- como una afrenta similar a la derogación del trasvase del Ebro a la Comunidad Valenciana.

El jefe del Gobierno valenciano reclamó una reunión urgente con Zapatero para convencerle de que no acepte las presiones de ERC, pero adelantó que no moverá ni un ápice sus posiciones. "La Generalitat no va a permitir que desaparezca la denominación de valenciano, y recurriremos cualquier decisión que no incluya la denominación valenciano", sentenció Camps, que añadió que no aceptará ni siquiera una denominación conjunta de valenciano-catalán. "Es una cuestión innegociable. No hay negociación alguna respecto al valenciano", remachó Camps, que aseguró sentirse respaldado por la presencia legal de la denominación del valenciano y las referencias constitucional y estatutaria. El presidente de la Generalitat insistió en que da mucha importancia a la polémica porque revela que el PSOE no tiene un modelo territorial y que polémicas como la actual son consecuencia de pactos con grupos radicales [en referencia a ERC] que no aceptan la Constitución.

El presidente del PP reconoció, sin embargo, que no cuestiona la ley de creación de la Acadèmia Valenciana de la Llengua -que mediante una alambicada perífrasis reconoce en su preámbulo la pertenencia del valenciano a la familia lingüística del catalán-, pero instó a esta institución a no entrar en la polémica.

El ministro de Administraciones Públicas, el valenciano Jordi Sevilla, insistió ayer en lo declarado por Jordi Pujol el martes: que Eduardo Zaplana negoció en 1996 con CiU el reconocimiento de la unidad lingüística del valenciano y el catalán a cambio del apoyo de los nacionalistas catalanes a la investidura de José María Aznar y los Presupuestos del Estado. Una cuestión que Zaplana, presidente de la Generalitat valenciana entre 1996 y 2002, niega porque afirma que no es posible negociar la unidad de una lengua. Eduardo Zaplana, portavoz del PP en el Congreso, ironizó ayer sobre si Zapatero se había metido a "filólogo sólo por tomar un café rápido" con ERC.

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Por su parte, Maragall respondió ayer, en la sesión parlamentaria de control al Gobierno, a una pregunta de Esquerra Republicana sobre este conflicto lingüístico, del cual afirmó que la Generalitat saldrá victoriosa porque el Gobierno central reconocerá en Bruselas la unidad de la lengua catalana. "En este tema hay que avanzar con rigor, discreción, firmeza y alejando la politización", señaló.

"Actuación errática"

El presidente catalán rechazó las críticas de los republicanos contra la "actuación errática" del Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero. "Hubiésemos podido hacer el ridículo, pero no lo haremos. Sobre el reconocimiento del catalán en Europa, aquí, en Madrid y en Bruselas hemos caminado más en ocho meses que en ocho años", manifestó. Incluso el popular Josep Piqué, en su intervención sobre esta polémica, señaló: "Todos estamos de acuerdo en que no hay ninguna discusión en torno a la unidad de la lengua".

Tanto Maragall como el líder republicano, Josep Lluís Carod, confían en que este pugna quede resuelta en el Consejo Europeo de Asuntos Europeos de finales de mes. Y a tenor de lo manifestado ayer por el secretario de Estado, Alberto Navarro, el Gobierno satisfará las demandas de la Generalitat catalana. Navarro informó ayer de que el Ejecutivo sólo hará referencia a tres lenguas cooficiales en el memorándum sobre diversidad lingüística que presentará ante la UE, pero que todavía no ha resuelto cómo denominará al catalán/valenciano. "El Gobierno debe respetar la unidad lingüística, que es un tesoro y un principio innegociable, pero también el ordenamiento jurídico", manifestó.

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