Camps rechaza la doble denominación de la lengua como valenciano-catalán

El presidente de la Generalitat, Francisco Camps, advirtió ayer que "no va a permitir que desaparezca la denominación de valenciano" y rechazó explícitamente la posibilidad de una denominación conjunta de "valenciano-catalán" para la lengua que se habla en buena parte de los territorios de la antigua Corona de Aragón. Una denominación sobre la que está trabajando la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL) en una propuesta que mantendría el de valenciano como nombre más extendido y estatutario. Camps dijo que la Acadèmia "no se debería pronunciar" sobre la polémica.

El portavoz adjunto del PSPV aseguró que Camps, y ERC "tienen la misma radicalidad"

El jefe del Consell explicó ayer que éste es el segundo agravio que está a punto de sufrir la Comunidad Valenciana tras la derogación del trasvase del Ebro sobre una cuestión -el reconocimiento de la unidad lingüística- en la que no piensa negociar nada. Francisco Camps volvió anoche, alarmado porque el Gobierno reconozca la unidad del sistema lingüístico al que pertenecen el catalán y el valenciano ante la Unión Europea, a reiterar sus quejas sobre el Gobierno socialista y el tripartito catalán. De nuevo anunció que hablaría en castellano para que le entendiesen en Madrid, de nuevo se mostró molestó por las injerencias de Cataluña en una cuestión que considera que es competencia exclusiva de la Generalitat y de nuevo anunció que recurrirá cualquier actuación que no respete la denominación de valenciano, aún a riesgo de que la tensión generada por el conflicto lingüístico que dividió a la sociedad en la transición vuelva a rebrotar. De momento, el jefe del Consell pidió anoche una entrevista urgente con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, para pedirle que no se pliegue a las exigencias de ERC y Josep Lluís Carod-Rovira.

"Es una cuestión de legalidad, por eso es tan importante defender el valenciano y por eso son tan importantes las declaraciones institucionales en defensa de la lengua", señaló Camps, que instó al Partido Socialista del País Valenciano a salir en defensa de la legalidad y la denominación del valenciano". "Parece que los sentimientos, las señas de identidad y las estrategias sólo las defendemos un grupo de valencianos", había dicho a primera hora de la mañana Camps en las Cortes Valencianas en referencia a los socialistas.

Sin embargo, en un complejo juego de equilibrios, Camps no responsabilizó a los socialistas valencianos de la polémica sino "a un grupo radical que no acepta la Constitución" en referencia a Esquerra Republicana de Cataluña. "Pactar con grupos radicales siempre trae cosas malas", dijo Camps en referencia al PSOE.

Para Camps, su posición está sustentada en la Constitución, en el Estatut, en la Llei d'Ús i Ensenyament del Valencià y en la Acadèmia Valenciana de la Llengua. Una entidad que nació del acuerdo entre populares y socialistas para sacar de la agenda política el conflicto lingüístico y que tenía previsto a finales de este año pronunciarse sobre la denominación y filiación del valenciano en una ponencia con la que se quería cerrar definitivamente una cuestión que lastra los debates políticos desde la transición. El preámbulo de la ley de creación de la AVL ya reconoce implícitamente mediante una alambicada perífrasis la pertenencia del valenciano al mismo sistema lingüístico que el catalán, pero no resuelve el problema de encontrar una denominación para el valenciano que pueda ser compartida con el catalán fuera de España. Tal y como ocurre, por ejemplo, con la distinción entre castellano y español.

Por la mañana, el portavoz adjunto del PSPV en las Cortes Valencianas Antoni Such aseguró que "el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, y ERC tienen la misma radicalidad" en sus posiciones sobre la lengua. Such consideró "necesario y urgente no hacer una utilización obscena del tema de la lengua de los valencianos, que ya estaba realmente solucionado a través de la Acadèmia Valenciana de la Llengua".

El Bloc pidió ayer a Camps que deje de hacer el ridículo sobre el reconocimiento del valenciano en la Unión Europea.