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Los rebeldes lanzan una serie de ataques en el norte de Irak

Mientras proseguía la ofensiva estadounidense contra la ciudad rebelde de Faluya, la violencia se extendió ayer a todo el norte de Irak. Se produjeron, entre otros, graves incidentes en Mosul, Baiji, Samarra y Bagdad, en los que murieron más de 20 personas. En Mosul y Baiji, las autoridades locales decretaron el toque de queda para intentar frenar una insurgencia cada vez más fuerte.

Mosul, la tercera cuidad de Irak, a unos 400 kilómetros al norte de la capital, fue ayer el escenario de duros combates entre policías iraquíes y grupos de insurgentes. Hombres armados atacaron un convoy de vehículos civiles que intentó refugiarse en un puesto de policía. Siguió un tiroteo entre los rebeldes, que rodearon el edificio, y las fuerzas iraquíes y norteamericanas, según varios testigos.

Los insurgentes atacaron otro puesto de policía y los combates se extendieron a la mayor parte de la ciudad. Se podían ver hombres armados patrullando por las calles sin que aparecieran ni policías iraquíes ni soldados estadounidenses. Según el primer balance, cinco personas perdieron la vida en estos incidentes. Ante el aumento de la violencia, el gobernador de la región decretó el toque de queda y prohibió el acceso a todos los puentes.

Duros combates entre rebeldes y fuerzas del orden iraquíes también se produjeron en Baiji, otra ciudad de mayoría suní, a unos 180 kilómetros al norte de Bagdad. Nueve civiles murieron y 24 resultaron heridos en estos incidentes, según la policía local y fuentes hospitalarias. Según el coronel Ismael al Jiburi, los combates estallaron en una zona comercial del centro de la ciudad. Dos camiones, tres coches y una casa fueron incendiados, y los asaltantes llegaron a disparar con morteros contra el Ayuntamiento.

Ataque contra la policía

En Bagdad, siete policías iraquíes y un periodista kuwaití murieron en la explosión de un coche bomba en un puesto de control. Varios vehículos resultaron destruidos por la explosión, que se produjo cerca del Ministerio de Cultura, al este de la capital, según observaron varios testigos. El Ejército estadounidense también anunció ayer la muerte de uno de sus soldados y dos insurgentes en una emboscada. Los rebeldes asaltaron el convoy norteamericano, que respondió al ataque. El soldado murió en el hospital. Con esta muerte, ya son 1.147 los soldados estadounidenses que han perdido la vida en Irak desde el inicio de la guerra, en marzo de 2003.

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En Samarra, otro bastión de los rebeldes suníes, a unos 100 kilómetros al norte de Bagdad, la explosión de una bomba al lado de un puesto de policía causó la muerte de un agente y heridas a otros dos. Después de la explosión, se produjo un tiroteo entre los policías y los insurgentes.

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