El metro ha sufrido cinco averías en lo que va semana

La circulación en la línea 5 del metro de Barcelona estuvo ayer seis horas total o parcialmente interrumpida. A las 8.05 horas se detectó una avería eléctrica que afectaba al sistema de señales, incluidos los semáforos, entre Cornellà y Collblanc, y no quedó totalmente reparada hasta las 14.00. También falló la línea 3. El martes la línea 5 tuvo otra avería y se reptieron los problemas en la 3. El lunes fue la línea 4 la que falló. El encadenamiento de averías ha coincidido con la celebración de la semana de la movilidad, en la que el Ayuntamiento pedía el uso del transporte público.

El recuerdo del accidente del pasado 31 de octubre, cuando dos trenes chocaron en la línea 3, hizo extremar las medidas de seguridad. Todo el servicio de la línea 5 quedó cortado durante casi una hora, de las 8.05 horas a las 9.00. En ese momento se restableció parcialmente el servicio entre las estaciones de Collblanc y Horta, pero el número de trenes que circulaban apenas era un tercio de los habituales, según fuentes de la empresa. A las 10.30 se logró restablecer parte de la circulación entre Collblanc y Cornellà, de modo que el servicio funcionó entre esa hora y las 11.45 el 50%. Y hasta las 14.00, el 66%. A partir de ese momento se restableció la normalidad.

La avería se produjo en el sistema eléctrico y colapsó el enclavamiento, que regula las señales de entrada y salida de las estaciones. Entre los elementos afectados estaban los semáforos. La empresa declinó precisar las causas exactas de la avería. Fuentes sindicales sugirieron que se trató de un problema de humedades. El director del metro, Agustí Castillo, explicó tras el accidente de la línea 3 que los semáforos fallan esporádicamente debido a filtraciones de agua o a que las ratas devoran las instalaciones.

La avería de la línea 5 es la segunda que se produce esta semana. Anteayer también falló el servicio por un problema en el cambio de agujas. Los usuarios estuvieron parados en las estaciones durante media hora larga; mientras, periódicamente se les informaba de que el servicio se reanudaría al cabo de cinco minutos. En esta ocasión, el fallo se produjo en un cambio de agujas.

La avería produjo colapsos en las líneas de autobús coincidentes y resultó un antídoto contra las recomendaciones municipales de utilizar el transporte público por la semana de la movilidad. Jordi Hereu, responsable de la movilidad en Barcelona, estaba ayer ilocalizable. CiU hizo ayer pública su preocupación por tantas averías.