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Entrevista:ESTIBALITZ PONCE | Violonchelista

"Un músico está hecho de un 90% de trabajo y un 10% de talento"

Estibalitz Ponce estudió en el Conservatorio de Santander y se formó como violonchelista de la mano de Eliza Pascu. Lo que aprendió con ella le valió con 15 años una mención en el concurso que acaba de ganar y sabía que, esta vez, iba mucho más preparada. "Asier Polo ha sabido inculcarme nuevos colores, nuevas formas de explorar el chelo", explica. "Estaba convencida de que podía ganar algún premio. Era una de mis metas y había trabajado mucho, pero me ha hecho una gran ilusión".

Pregunta. ¿Qué supone este nuevo reconocimiento?

Respuesta. Por una parte, me he demostrado a mí misma que el trabajo da sus frutos. Pero quizá lo importante son las puertas que se me abren ahora. Tengo una gira de conciertos por valor de 6.000 euros por España y otros países europeos, la opción de participar en concursos internacionales y la grabación de un disco con todos los galardonados junto a la Orquesta de RTVE. Por lo menos así ha sido en ediciones anteriores.

P. ¿Qué le llevó a cambiar el piano por el violonchelo?

R. El piano no me acababa de convencer y un día vi un recital de violonchelo en La 2. Me atrajo su sonido redondo y expresivo. Es un instrumento especial por esa capacidad de modular el sonido; lo mantienes hasta cuando quieres, es casi como la voz humana. Tiene además bastante volumen y luego... es un instrumento para agarrar, para abrazar.

P. Supongo que exige una gran dedicación. ¿Es de las que cree que un músico nace o se educa?

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R. Un músico está hecho de un 90% de trabajo y un 10% de intuición y de talento. Sin ese 90%, por muy genio que seas, nunca conseguirás nada. Y al revés.

P. Entonces, ¿siente que tiene un don?

R. Sí. Si no, no creo que hubiese llegado a Superior. El talento te puede valer cuando empiezas, pero después hay que trabajar.

P. ¿Descansar un día es un lujo?

R. Descanso de vez en cuando, en fiestas,... pero después de unos días sabáticos siento que me falta algo.

P. ¿Puede entonces la pasión al miedo a que la mano se vuelva torpe?

R. Hombre, los callos se pueden ir un poco y luego duelen los dedos, pero lo cierto es que lo echas de menos. No podría vivir sin la música. En ella he encontrado mi profesión y la forma de realizarme como persona. La música te hacer recapacitar y pensar en lo que eres. Te vuelves mejor persona. Comparto ese dicho de que amansa a las fieras. Está además probado científicamente: las vacas dan más leche,... Incluso mi perra se sienta debajo de la silla cuando toco.

P. ¿Considera que está pagando un precio por su carrera?

R. Creo que no me he perdido nada. Por quienes me duele es por mis padres, que se han sacrificado mucho para que yo salga adelante.

P. Alumnos y profesores de Musikene critican la falta de espacio del centro. ¿Le ha perjudicado?

R. No, porque estoy en un colegio mayor, en Olarain, y tengo cabinas para ensayar. Si no, si habría tenido problemas, como les ocurre a los alumnos de piano o arpa.

P. ¿Cuál es su meta?

R. Me gustaría llegar a ser solista. Y si no lo consigo, siempre me quedan el resto de las opciones: también son música.

P. ¿Pretende abrirse a nuevas vías?

R. Como todos a todos los chelistas, me gusta el repertorio clásico, pero el moderno me fascina. Sí me gustaría seguir un poco la línea de Asier Polo, mi profesor, que es mi gran referente.

P. ¿Cuál es la asignatura pendiente de la educación musical que se imparte en las escuelas?

R. Creo que debería reformarse de arriba a abajo. Para aprender a tocar un instrumento ya están los conservatorios; lo que hay que hacer es enseñar a los niños a escuchar, hacer más audiciones guiadas y con más imaginación para que no les parezca un tostón. Ésa es la causa de que muchas veces la gente jóven se aleje de la música clásica.

PERFIL

Estibalitz Ponce (Bilbao, 1985), alumna del Centro Superior de Música del País Vasco, Musikene, tenía sólo seis años cuando una profesora le sugirió a sus padres que le sobraban aptitudes musicales. Comenzó con el piano, pero acabó en el violonchelo. Con él ha logrado cinco reconocimientos, el último, el primer premio del Concurso Juventudes Musicales de España Xavier Montsalvatge, compartido con Georgina Sánchez y con Viatscheslav Chstiglazov.

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