Las autoridades holandesas piden calma tras varios ataques contra centros musulmanes
Un grupo de desconocidos asalta una escuela primaria islámica en Eindhoven
Tarieq Ibnoe Ziyad, una escuela musulmana de enseñanza primaria de Eindhoven, en Holanda, fue atacada el lunes por un grupo de desconocidos que provocaron el pánico en la ciudad, aunque no hubo víctimas. El Ayuntamiento ha impuesto vigilancia permanente en las cinco mezquitas de la localidad. El ataque coronó un fin de semana de actos similares, con conatos de incendio en varios templos musulmanes del país. La policía teme que se trate de una venganza por el asesinato del cineasta Theo van Gogh, apuñalado el pasado martes por un joven marroquí.
La explosión registrada en la escuela de Eindhoven, con 15 años de antigüedad y 200 alumnos, despertó a todo el vecindario. El centro había sido objeto la pasada semana de un intento de ataque con cócteles molotov. Asustados y confundidos, los residentes, algunos sin un solo cristal entero en casa, salieron a la calle. Para muchos fue la primera vez que hablaban con sus vecinos de la comunidad musulmana y los comentarios variaban entre la condena por lo ocurrido a una llamada a la calma para no enconar más las cosas.
El alcalde de la ciudad, Alexander Sakkers, pidió asimismo mesura. "Hay que hacer lo posible por mantener a la comunidad unida", señaló durante su comparecencia pública tras conocerse la explosión. Luego anunció que la policía vigilará las mezquitas y los centros islámicos de reunión. Una de las principales mezquitas, denominada Al Fourqaan, es vigilada desde los atentados del 11-S. Había sido visitada por Mohamed Atta, uno de los pilotos suicidas de las Torres Gemelas, y se teme que adoctrine jóvenes para la yihad (guerra santa). Sus responsables lo niegan.
A Eindhoven arribaron en la década de los sesenta miles de inmigrantes, en su mayoría turcos y marroquíes, para trabajar en empresas como Philips o Daf, fabricante de vehículos pesados. La llamada a la contención del alcalde llegó poco después de que buena parte de los políticos nacionales criticaran al ministro de Finanzas, el liberal Gerrit Zalm, por anunciar que si la yihad había entrado en el país con la muerte de Theo van Gogh, el Gobierno le declararía a su vez la guerra a los violentos. Tanto sus colegas de la coalición en el poder, los otros liberales (D66), como Los Verdes y los socialistas radicales (SP), además de los partidos cristianos, le reprocharon "enrarecer aún más el clima entre ambas comunidades, la musulmana y la holandesa autóctona". Los democristianos del CDA, partido mayoritario de la coalición, matizaron el asunto subrayando que "se tratará de utilizar todos los medios para perseguir a los extremistas islámicos".
El pulso verbal ha coincidido con las amenazas de muerte recibidas por Geert Wilders, antiguo diputado liberal (VVD) y dispuesto a formar su propia agrupación de derecha. Considerado el heredero simbólico de Pim Fortuyn -el líder ultraconservador asesinado hace dos años-, Wilders pretende evitar el aumento de la inmigración turca y marroquí.
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