Una juez limita las visitas de un padre transexual a su hijo
La perito del caso aduce que la hormonización causa "inestabilidad"
Una juez de Lugo ha decretado que Álex Crespo sólo podrá ver a su hijo, de siete años, durante tres horas cada dos semanas, en un centro público y siempre en presencia de la madre y profesionales. La causa es la "inestabilidad" que, según la perito del caso, sufre Álex, porque se está hormonando para cambiarse de sexo. El régimen de visitas podrá ampliarse según el padre vaya cambiando su identidad sexual.
En cambio la sentencia reconoce que "no queda probada una conducta perjudicial del demandado hacia su hijo", por lo que no procede retirarle la patria potestad como pedía su ex mujer, Patricia Quintas. La Federación Estatal de Lesbianas, Gays y Transexuales ha destacado esta "incongruencia", que atribuye a una discriminación hacia Crespo por ser transexual.
La coordinadora del Área Transexual del Grupo GLTB (gay, lésbico, transexual y bisexual) del PSOE, Carla Antonelli, ha criticado que se obligue que padre e hijo se vean en un lugar "normalmente reservado para padres maltratadores, cuando Alejandra [el nombre que espera usar Crespo cuando se pueda inscribir como mujer] no lo es".
La decisión judicial, de 18 de octubre, pone fin a un proceso que inició Quintas en abril de este año, tras enterarse de que su ex marido estaba sometiéndose a un proceso de cambio de sexo. Hasta entonces padre e hijo podían verse "libremente", según el acuerdo de separación de abril de 2002. "Pero desde marzo casi no nos hemos visto. No le dejan venir conmigo ni ponerse al teléfono", señala Crespo, que espera operarse dentro de un año en el hospital Carlos Haya de Málaga [único que realiza la intervención a cargo de la Seguridad Social] para convertirse en Alejandra.
La pareja se casó en 1997. "Éramos muy jóvenes y queríamos tener un hijo", relata Álex. Entonces el padre no sabía lo que le pasaba, pero niega que su identidad sexual fuera la causa de la separación. Álex no entiende que su mujer haya intentado quitarle la patria potestad del niño y prohibirle que le vea. "Le contó al niño lo mío sin consultarme. Tras ver a expertos de asociaciones como Transexualia, quedamos los tres. Le expliqué al niño la situación con un lenguaje sencillo. Él ya estaba acostumbrado a verme vestido con ropa ceñida o muy femenina", relata.
Lo más duro fue cuando le preguntó a su hijo qué le parecía. "Él me dijo que si le iba a dejar de querer. Le contesté que por nada del mundo, que cada vez le iba a querer más, y él, volviéndose a su madre, le dijo: 'Mamá, entonces, ¿cuál es el problema?", relata Crespo con emoción. La mujer no ha querido hacer declaraciones.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.