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Reportaje:

Unipost se echa a la calle

El operador postal invertirá 60 millones para doblar su negocio en cinco años

Duplicar el negocio en cinco años. Éste es el objetivo que se ha marcado Unipost, el primer operador privado de distribución postal de España, tras la reciente entrada -a finales de septiembre- del gigante alemán Deutsche Post en su accionariado, con la adquisición del 37,60% del capital, cuyo control sigue en manos de la familia Raventós (54,33%), propietaria de Codorníu. Unipost obtuvo una facturación de casi 64 millones de euros en 2003 y prevé cerrar este año con una cifra de ingresos de 70 millones.

Para conseguir su propósito, Unipost ha puesto en marcha un plan de inversiones de 60 millones de euros. La mitad se destinará a la automatización de sus dos centros operativos (Madrid y Barcelona) y a los sistemas de información para la mejora de los procesos de clasificación de cartas. La otra mitad revertirá en el crecimiento orgánico de la empresa, a través de alianzas o mediante la compra de otras empresas, explica el presidente del operador, Pablo Raventós.

El plan de futuro de Unipost se centrará en ganar tamaño y desarrollar nuevas líneas de negocio para sus clientes, las grandes empresas

Unipost es, de hecho, el resultado de la unión de alrededor de 200 operadores postales privados españoles, algunos de ellos con 30 años de experiencia. Hoy, tras la integración por fusión de todas las empresas del grupo bajo un mismo paraguas, el verano pasado, Unipost está presente en más de 1.300 localidades, desde las que alcanza una cobertura del 90% de la población española, da servicio a más de 15.000 empresas y gestiona diariamente más de dos millones de envíos.

Tras el fracaso de Vía Postal y la quiebra de la madrileña Dicoma, Unipost, con una cuota de alrededor del 8%, se ha convertido en el principal competidor del todopoderoso Correos y Telégrafos, que acapara más del 90% del mercado.

La actividad de Unipost se centra, no obstante, en la distribución de correspondencia de empresas, principalmente grandes instituciones financieras, de servicios y compañías de marketing directo. Nada de buzones por las calles. Por lo que el desarrollo de Unipost -también en el proceso de adquisiciones- se va a focalizar en el "identificar segmentos muy concretos que nos puedan aportar valor añadido", según Raventós. El hecho de que la mitad de su red esté franquiciada "nos permite liberarnos de parte de la gestión y concentrarnos en el desarrollo de nuevas líneas de negocio". Uno de los segmentos que va a crecer más próximamente será, por ejemplo, el de las suscripciones de revistas periódicas, apunta el presidente de Unipost.

Pero el crecimiento del operador español no se centrará únicamente en el mercado español. La entrada como socio de Deutsche Post aporta una dimensión internacional a Unipost, a través de la integración del negocio de Globail Mail en España, una de las más extensas redes de correo internacional. "Mandar una carta con Unipost de España a Japón tarda cuatro días, mucho menos que con Correos. ¿El precio? No es lo que más preocupa a nuestro cliente. Su gran prioridad es que su plan de marketing directo tenga éxito y llegue a las personas adecuadas", apostilla Raventós.

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