Un 'derby' que desata pasiones
El River y el Boca, los equipos más populares del país , se juegan su futuro en la Liga argentina
Siempre hay un motivo para que todo el país contenga la respiración antes de un River-Boca. Aquí no se enfrentan representantes de ciudades o regiones. La histórica rivalidad es entre vecinos, amigos, esposos, primos, parientes, hermanos, en todos los sitios y calles y rincones del país hay un argentino del River y uno del Boca, que se conocen, que se quieren mucho a veces, que se necesitan para tener a quien "gastar", que se odian con todo cariño. Eso es lo que hace especial a este derby y lo convierte en uno de los grandes clásicos del fútbol mundial. Esta vez, el ganador "salva el año" y sigue en la lucha por el título a cinco jornadas del final de la Liga. El derrotado afrontará seguramente una crisis prolongada que acabará en despidos del entrenador o de jugadores. Es, como dicen todos los protagonistas, "un torneo aparte".
El partido ofrece un duelo entre Mascherano y Tévez, los mejores 'pibes' de su generación
La tensión estaba ya en las calles, a comienzos de la semana, cuando los fanáticos se apostaron dos días antes frente a las taquillas y la venta de entradas terminó en batallas campales. Hoy la reventa pide fortunas por lo poco que queda. La policía destinó 1.100 agentes a la seguridad del campo. El River y el Boca juegan el partido 179 del historial y sólo hay seis victorias a favor del Boca de diferencia. Empataron 52, Boca ganó 64 y River 58.
Las preguntas de los minutos previos son las siguientes: ¿Cómo será el encuentro entre Mascherano y Tévez, los dos pibes de 20 años que se han convertido en los mejores de su generación y en referentes indiscutidos del River y el Boca? ¿Podrá Mascherano en el centro del campo del River cortar los balones que parten a la búsqueda de Tévez por la izquierda del ataque del Boca? ¿Resistirá la defensa del River el bombardeo aéreo y los pelotazos para la embestida de Palermo, el delantero centro del Boca que pasó por el Villarreal y fracasó luego en el Betis y el Alavés? Palermo, a sus 30 años, se ha reencontrado aquí con compañeros que conocen las necesidades de su juego y con una hinchada que le quiere y le aguanta porque no olvida que fue uno de los grandes verdugos del River en los últimos años. Además, ha vuelto a meter goles a pesar de que el equipo ya no funciona como antes, cuando le entrenaba Carlos Bianchi.
¿Seguirá Miguel Brindisi como entrenador del Boca si pierde frente al River? El destino de Brindisi, un extraordinario ex jugador del Huracán y del Boca, en Argentina, y de la UD Las Palmas, en España, donde entrenó también al Espanyol, está marcado por este partido. El Boca marcha en el quinto lugar, a cuatro puntos de los líderes, el Newell's, el Vélez y el Estudiantes, y a uno del River. Brindisi dijo que éste sería un equipo de transición. Los aficionados del Boca, acostumbrados a ganar siempre, no tienen tiempo para escuchar discursos. La paciencia está agotada.
El presidente del River intentó a cambio fortalecer a su entrenador con un golpe de autoridad y decidió, en la semana previa al clásico, renovar el contrato por una temporada a Leonardo Astrada, un ex jugador del club que asumió la conducción poco tiempo después de retirarse. El River es levemente favorito porque el pasado domingo ganó y se recuperó después de tres derrotas consecutivas, pero si pierde los que se irán del club a fin de año son varios jugadores que hoy se consideran titulares. Entre ellos el delantero chileno Salas, que no logró recuperarse de una serie de lesiones musculares. Una derrota frente al Boca daría vía libre también al traspaso de Mascherano y Luis Lucho González, los dos mejores jugadores del equipo, a quienes algunos directivos intentar retener al menos hasta junio. Los carteles de "Liquidación por fin de temporada" y de "rebajas" para colocar en los escaparates del club el día después ya están pintados, aunque todos niegan haberlos visto.
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