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ESTRENO | 'Vanity Fair'

Mira Nair adapta el clásico de William Thackeray 'Vanity Fair'

La directora india afirma que "la sociedad actual celebra a las Becky Sharps" y elige a Reese Whitherspoon como protagonista de su película

En India", dice la cineasta Mira Nair, "somos todos reliquias coloniales. Crecimos con la literatura inglesa y entendemos el concepto de clase incluso mejor que los ingleses". Con esta herencia cultural, la galardonada realizadora india, autora de Salaam Bombay y La boda del monzón -que fuera León de Oro en Venecia-, entre otros filmes, se enfrentó sin miedo a Vanity Fair (proyectada en la última Mostra), obra maestra de William M. Thackeray y piedra fundacional de la novelística inglesa.

"La leí con 16 años y me fascinó. Me gusta el retrato del autor de esta mujer moderna, Becky Sharp, pero también su descripción de una sociedad en la intersección del imperio y las colonias. A principios del XIX, la clase media inglesa comenzó a enriquecerse con el expolio de las colonias en general y de India en particular. En la explotación colonial reside la base de la vanidad, ambición, codicia e hipocresía que se narran en la novela", explica en una entrevista en ocasión de la proyección del filme en el Festival Internacional de Cine de Londres.

"Con 'Salaam Bombay' tuve suerte y pude contribuir a mejorar un poquito el mundo"
La realizadora recuerda a Edward W. Said¨: "Éramos muy buenos amigos"

La adaptación, que llega hoy a las pantallas españolas con Reese Whitherspoon en el papel protagonista, está dedicada, entre otros, al desaparecido escritor palestino Edward W. Said. "Éramos muy buenos amigos y hablamos mucho de la novela mientras trabajaba en el guión. Con sus textos, nos enseñó a cuestionar la idea que tenemos de Oriente. Nos ayudó a comprender que esa idea está más relacionada con la visión de los europeos que con la realidad de los orientales", señala en referencia al autor de Orientalismo.

Nair presenta a la figura central como "una joven moderna que persigue otra alternativa a lo que el sistema depara a las mujeres de su condición social". "Es ambiciosa y presa de la vanidad. En su afán por tener más y más, olvida aquello que más aprecia y se ciega a la realidad. No es capaz de ver que la alta sociedad está totalmente vacía. Pero tampoco es una mujer malvada, sino una luchadora y una superviviente", interpreta.

"Ahora celebramos a las Becky Sharps. El contexto social ha cambiado, pero las aspiraciones siguen siendo las mismas. Thackeray pregunta en su novela: '¿Quién de nosotros es feliz en este mundo? ¿Quién se siente satisfecho una vez alcanzados los deseos?'. Son cuestiones existencialistas tan válidas antes como ahora", resume esta profesional de 46 años.

Es fácil establecer un paralelismo entre Vanity Fair y el culto actual a las celebridades, o incluso relacionar a los antaño nuevos ricos con la aristocracia surgida de Hollywood. "Madonna fue, en su día, una Becky Sharp. Jennifer López lo es actualmente. Sus raíces hispanas la convierten en presunta intrusa en el mundo caucásico, pero ella ha logrado triunfar", compara la realizadora.

En su filmografía, Nair indaga en polémicas sociales pertinentes a India y establece lazos familiares entre comunidades minoritarias de Estados Unidos. "Siempre aspiré a descubrir si hay espacio para mezclar el arte con la política. Con Salaam Bombay tuve mucha suerte y pude contribuir a mejorar un poquito el mundo. Impactó en la política gubernamental, y con los beneficios del filme montamos una fundación que ha dado formación escolar a 5.000 niños en India. Soy consciente de que aún debo contribuir más".

Precisamente, el año próximo se cumple otro viejo sueño impulsado por Nair: un taller cinematográfico con sede en Kampala, Uganda, para formar a guionistas y realizadores de Asia y África. "El imperialismo cultural de Hollywood se extiende por todo el planeta y es hora de dejar nuestra marca en el mapa. Si no contamos nuestras propias historias, nadie lo hará por nosotros. El taller abrirá una vía para llevar las realidades asiáticas y africanas a la pantalla", dice la realizadora, que alterna su residencia entre Nueva York, Uganda e India.

Una secuencia de <i>Vanity Fair.</i>
Una secuencia de Vanity Fair.

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