París apela a una Europa fuerte como antídoto
Cogida a contrapié por la reelección de Bush, buena parte de la clase política francesa optó ayer por pensar intensamente en Europa como antídoto frente a un futuro que supone inquietante. "Los norteamericanos no pueden construir, animar y dirigir el mundo por sí solos", dijo el ministro de Exteriores, Michel Barnier. El jefe de la diplomacia francesa aseguró: "Nuestro mundo necesita varias potencias; ellos [Estados Unidos] son la primera y Europa está adquiriendo los elementos y la voluntad de ser otra gran potencia". Para su antecesor socialista, Hubert Védrine, la reválida electoral de Bush acaba con todo sueño de una vuelta de Estados Unidos al multilateralismo.
Evidentemente, las elecciones norteamericanas dejan a Chirac en la oposición dentro del campo transatlántico y le impulsan a apostar aún con más fuerza por la Constitución europea. Europa como antídoto también fue el primer argumento del líder socialista, François Hollande.
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