"El arte contemporáneo te engancha como el fútbol o un programa informático"
Un buen día, hace dos años Fernando Francés (Torrelavega, 1961) dejó atrás "las tormentas de mar y el verde" de Santander para establecerse en Málaga. Aceptó la dirección del Centro de Arte Contemporáneo (CAC)como un reto con el que tenía que empezar desde cero. Asegura que, por aquel entonces estaba un poco "aburguesado", y que, desde aquel momento, ha trabajado hasta la saciedad. Comprometido con la vanguardia más rabiosa y los aspectos pedagógicos, Francés ha conseguido que el director de la galería Gagosian, "la más poderosa del mundo", esté al tanto de la programación de un centro que se ha convertido en el segundo más visitado de España, por debajo del veterano Instituto Valenciano de Arte Moderno, y que sea el primer centro que posea una obra del polémico Damien Hirst.
Pregunta.Cuando asumió la dirección del CAC tenía casi toda la programación cerrada. ¿Se han caído muchos del cartel?
Respuesta. El centro nació con una serie de objetivos que, en principio, parecían utópicos. Hubo quien dijo que eran imposibles, que no nos molestásemos en conseguir a artistas como Gerard Richter, quizás el pintor más importante de Europa, y que lo hayamos conseguido es una buena muestra. Como que vayamos a encadenar a Louis Bourgeois y Paul McCarthy dentro de muy poco. Eso... es algo deseable para los mejores museos del mundo.
P. Entre sus últimas actividades como crítico de arte o profesor, destacaba la propiedad y gestión de una importante empresa de montaje de exposiciones. ¿Se ve más como director que como empresario?
R. No renuncio a nada de lo que he hecho hasta ahora, pero lo que sí es cierto es que esto me divierte mucho. Hay que vibrar con lo que haces y sentir que te gratifica y eso lo valoro muchísimo, sobre otras circunstancias, como tener el control de una gran empresa, como lo que he tenido hasta hace muy poco tiempo, que era un éxito absoluto. Llega un momento en el que sacrificas la realidad económica por algo que te gratifica más.
P. ¿Qué porcentaje de su vida dedica al CAC?
R. El 100%. Todavía comisario alguna exposición, pero son pocas, y no me llevan mucho tiempo. He pasado de una media de 120-130 al año a unas 10. Probablemente dentro de un año la empresa no hará nada, porque no me interesa seguir en este tipo de proyecto.
P. ¿Qué hace en su tiempo libre?
R. Pensar, escribir, cosa que he hecho siempre y he tenido un poco abandonada, estar con la familia, y practicar golf.
P. ¿Cuál es la diferencia entre un centro de arte y un museo?
R. El museo tiene más competencias en la conservación y en investigación mientras que nosotros somos activistas. Hay que salir a buscar a la gente a la calle, crear una disculpa para que venga.
P.¿Qué ve en los artistas para apostar por ellos?
R. Me interesa poco descubrir artistas que sean políticamente correctos. Prefiero enseñar aquellas miradas más comprometidas, algunas veces son controvertidas, otras veces no, pero que sean singulares.
P. ¿Como Maurizio Cattelan, el artista italiano cuya escultura de un niño ahorcado causó polémica en la Bienal de Sevilla?
R. Sí, cuando saltó el escándalo, llevábamos un año detrás de él. Vendrá el año que viene.
P. ¿Qué le preocupa?
R. Que podamos ver en un telediario a las tres de la tarde cómo le pegan a un camionero turco un balazo en el cerebro o cómo a un rehén le cortan el cuello en público.
P.¿Como decidió adquirir la Tabla de elementos de Hirst?
R. Porque es, de todos los artistas británicos, el más renovador. Se habla de él como el Warhol del siglo XXI, aunque, por los precios que tiene, no todos los museos pueden presumir de tener una obra suya. Ha sido una ocasión que no hemos querido dejar escapar, la compramos en un momento de relajación de la subasta (ríe).
P. ¿Cree que ha cambiado la imagen del arte contemporáneo en Málaga?
R. No me cabe ninguna duda. Me he tropezado con mucha gente que me decía que nunca había entrado a un museo contemporáneo y que ahora no se pierde ninguna exposición. Te engancha como el fútbol o un programa informático.
P. ¿Sigue escuchando la frase "No lo entiendo"?
R. Sí, pero hacemos un gran esfuerzo para facilitar la lectura del arte. En el siguiente montaje vamos a tratar de que haya una explicación por cada una de las obras expuestas.
P. ¿Siente que hay una predisposición a negar el arte contemporáneo?
R. Cuando alguien no entiende una cosa la niega de forma natural. Pero a ritmo lento vamos ganando adeptos, es como si enseñas a un niño a leer o a montar en bicicleta, cuando ya lo entiendes, sólo te queda perfeccionar la técnica.
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