Entre la convicción, el escepticismo y la indiferencia

El estudio sobre la opinión y conocimientos del profesorado de la Universitat de València acerca de la convergencia europea ofrece un "retrato robot" del encuestado medio que quizá pueda extenderse a otros centros, pero faltan estudios que avalen la extrapolación. Según ese perfil, se trata de "una persona con conocimiento medio de todo lo que se relaciona con la convergencia europea, pero con un alto grado de desconocimiento cuando se refiere a cuestiones más especializadas". El perfil es el de una persona que "está de acuerdo en muchas de las medidas que se proponen y tiene una predisposición media-baja a involucrarse", que "es crítica en ciertos aspectos porque tiene reticencias sobre los cambios y algunos no le parecen adecuados" y que, finalmente podría modificar su compromiso personal "si se le hiciera más partícipe del proceso de forma que su indiferencia llegara a convertirse en un interés real".

Los autores del estudio clasifican al profesorado en tres grandes grupos, según su posicionamiento respecto al proceso de convergencia europea y los cambios aue comporta. Una minoría (5%) que muestra "un desconocimiento absoluto y un interés nulo" frente a la otra minoría, aun más estrecha, (3%) de los "realmente convencidos" del horizonte europeista para la educación superior. Un 12% se muestra bastante crítico y, en medio de estos extremos hay un 37% que se mueve "entre el escepticismo y la indiferencia" y un 43% que "tiende a ser favorable pero con reticencias".

Implicación docente

Entre las pocas encuestas sobre la adaptación al Espacio Europeo, está la realizada en 2003 por un equipo que dirigía el profesor Miguel Valcárcel, de la Universidad de Córdoba, citado también en el estudio de la Universitat de València. En este caso, se dirigía a 64 responsables universitarios de convergencia europea, que valoraban como tres obstáculos de mayor relieve en lo tocante al profesorado "la falta de formación sobre el nuevo proceso de enseñanza- aprendizaje", por un lado. Por otro, el hecho de que el sistema de enseñanza vigente fomente, "una actitud poco participativa del estudiante en su proceso de aprendizaje". El tercer obstáculo avistado era "que el profesorado puede resistirse a disminuir los contenidos específicos para incrementar la formación integral del estudiante".

En consecuencia, concluía el informe coordinado por Valcárcel, "será necesario definir estrategias para la implicación del profesorado que contemplen como elementos centrales los aspectos formativo e informativo, y que se complementen con medidas de incentivación y reconocimiento".