Dinero dinamizador
Por capital riesgo o private equity, versión anglosajona del término, se define aquella actividad por la cual un socio financiero invierte en el capital de una empresa no cotizada por un periodo de tiempo que oscila entre 3 y 7 años. Con ello las entidades de capital riesgo facilitan a empresas pequeñas y medianas y a sus accionistas el acceso a una liquidez que normalmente los bancos y la Bolsa reservan a empresas de mucho mayor tamaño, aunque no necesariamente más atractivas.
También aportan a las empresas en las que invierten una mayor disciplina y modernas herramientas de gestión y de gobierno corporativo a través de profesionales con amplia experiencia, que proceden en buena parte de la banca de inversión, pero también de otros ámbitos empresariales.
Las empresas de capital riesgo suelen financiarse a su vez con fondos de terceros. Los inversores más habituales son fondos de pensiones, compañías de seguros y bancos. Los inversores en fondos de capital riesgo persiguen en general una rentabilidad superior a la que ofrece la Bolsa, lo cuál es lógico considerando la menor liquidez de este tipo de inversiones.
En otros casos, las entidades de capital riesgo pertenecen a grandes bancos internacionales o locales e invierten los fondos de éstos, brindando además a sus empresas participadas un amplio espectro de servicios financieros y acceso a expertos sectoriales y de mercados en todo el mundo.
El sector público ha sido también activo en la creación de empresas de capital riesgo de carácter nacional o regional con el objetivo de fomentar el desarrollo de empresas y del empleo en su área de influencia.
Las inversiones realizadas por las entidades de private equity reciben distintos nombres, en función de i) la madurez del negocio: así denominamos venture capital a las inversiones en nuevos proyectos o negocios muy incipientes o late stage a aquellas que se realizan en empresas consolidadas en sus mercados con una trayectoria de crecimiento y desarrollo positivos, o ii) el destino de los fondos: expansión cuando el capital aportado se destina fundamentalmente a financiar el crecimiento del negocio y buy outs cuando se destinan a reemplazar a un socio anterior.
Plan de negocio
La calidad del equipo directivo y su plan de negocio es probablemente el elemento más significativo que tienen en cuenta las entidades de capital riesgo para acometer una determinada inversión. Es muy habitual por ello que las operaciones de buy out se realicen apoyando al equipo directivo actual de la empresa management buy outs (MBO) o incorporando nuevos directivos externos management buy in (MBI).
La estructura de las operaciones realizadas con el apoyo de capital riesgo permite a los directivos convertirse en accionistas de los negocios en los que hasta ese momento habían sido empleados.
Esta opción resulta, en nuestra opinión, la más eficiente y, desde luego, la menos traumática para los antiguos propietarios y los empleados. Las posibilidades de éxito y crecimiento del negocio se maximizan cuando la propiedad del mismo se transmite a un equipo gestor con probada capacidad, conocedor de la empresa y su entorno y bien incentivado para acometer un desarrollo ambicioso de la misma.
El capital riesgo, en resumen, es un elemento dinamizador de la economía al facilitar la financiación para el crecimiento, profesionalización y consolidación de los negocios, al tiempo que se convierte en la mejor alternativa para proveer liquidez a los accionistas de pequeñas y medianas empresas que no pueden por su tamaño acceder a la Bolsa o a los mercados de deuda.
Alfredo Gatius es director de inversiones de ABN AMRO Capital
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