_
_
_
_
Reportaje:

La bonanza abre el mercado argelino

El Gobierno quiere aprovechar la buena racha, achacable al precio de los hidrocarburos, para liberalizar la economía

Cada día circulan más coches grandes y nuevos por las calles de Argel, los argelinos se apresuran a comprar móviles y las importaciones de alimentos se disparan pese a la mejora del rendimiento agrícola. Más allá de las cifras macroeconómicas son síntomas de la bonanza que está atravesando Argelia gracias, en buena medida, al auge del precio de los hidrocarburos.

Antes incluso de que el precio del barril de crudo se pusiese por las nubes, Argelia había salido de la larga noche que atravesó en la década pasada, cuando el terrorismo islamista le golpeó con dureza.

Buteflika anunció un ambicioso plan de apertura y privatización que se paralizó por las elecciones. El Estado sólo se deshizo de la siderurgia
Más información
Escasa agresividad de las firmas españolas

En 2003 su PIB subió un 6,8%, el incremento más fuerte del Magreb. Este año debería alcanzar el 5,5% mientras que la inflación no rebasará el 4%, según la misión del Fondo Monetario Internacional que visitó el país.

Más espectacular que el crecimiento es el superávit de la balanza comercial -6.520 millones de dólares (5.134 millones de euros)- y el de las reservas de divisas que, a fin de año, rondará los 40.000 millones de dólares con los que intentará cancelar anticipadamente su deuda externa.

La situación es "bastante favorable" y se consolidará en el 2004, sentenció, el pasado fin de semana, la delegación del FMI. Esta buena racha debería "incitar a los poderes públicos a ahondar las reformas estructurales y, sobre todo, la del sector bancario", declaró Erik de Vrijer, jefe de la misión.

¿Aprovechará el equipo económico del Gobierno la coyuntura favorable para liberalizar una economía lastrada por un sector público tan amplio como ineficiente o preferirá aplazar una vez más las indispensables reformas por miedo a su coste social? ¿Intentará también diversificar una economía cuyas exportaciones consisten, en un 97%, en hidrocarburos?

A juzgar por los discursos oficiales no cabe la menor duda. Pero en la anterior legislatura el jefe del Estado, Abdelaziz Buteflika, ya anunció a bombo y platillo un ambicioso programa de apertura y privatización que arrancó despacio y se paralizó seis meses antes de las elecciones presidenciales de abril por temor al descontento social. El Estado, al final, sólo se deshizo de su industria siderúrgica.

"Esta vez va en serio", sostiene un diplomático europeo residente en Argel. "Existen indicios de que la inversión extranjera se está intensificando como respuesta a las primeras reformas acometidas, la modificación de la tarifa arancelaria, las medidas de correción de la corrupción en las aduanas y las iniciativas legales de los sectores relacionados con la energía", señala.

Más escéptico es Le Quotidien d'Oran, el principal diario en francés. Argelia "todavía no se orienta hacia una economía creadora de riqueza y empleo", asegura. "El verdadero desafío, el único incluso en un país en el que la inacción llevó al sector público al matadero, es salir de la economía dependiente de la renta" del petróleo, recalca.

Aunque el paro ha disminuido -cayó del 27,3% de la población activa en 2002 a un 23,7%- Argelia sigue siendo un polvorín social. Después de apretarse el cinturón durante la década negra de los noventa, su población reclama a gritos su parte de la prosperidad que generan los cuantiosos ingresos energéticos. Cada amago de despido en empresas estatales que requieren reestructuración recibe una pésima acogida.

La más urgente de todas las reformas no es la que mayor coste social tendría. "La reforma de los bancos es, para nosotros, la medida clave a tomar y una condición indispensable para reactivar la inversión privada y garantizar un crecimiento duradero", declaraba De Vrijer.

La ineficaz banca pública, que domina el mundo financiero, está lastrada por los créditos preferentes concedidos a los conglomerados estatales deficitarios. También está minada la confianza en el sector financiero privado tras las sucesivas quiebras, desde el 2003, de la Banque Khalifa, de la Banque Commerciale et Industrielle d'Algérie y de Union Bank.

Sólo los tres bancos extranjeros que operan en el país (Société Générale, BNP y Citibank) se salvan de esta hecatombe. "Con estos antecedentes es difícil que la banca privada nacional despegue por ahora pero, en cambio, las perspectivas son muy positivas para las entidades extranjeras", indica un economista europeo. La banca española, pionera en otros muchos lugares, sólo cuenta, sin embargo, con una oficina de representación, la del Banco Atlántico en Argel.

El ministro argelino de Energía, Chakib Khelil, en Barcelona.
El ministro argelino de Energía, Chakib Khelil, en Barcelona.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_