Halloween arraiga con fuerza en Madrid
La tradicional fiesta anglosajona se celebra cada vez más en la región
Poco a poco, la fiesta de Halloween se está imponiendo en Madrid. Las calabazas con ojos y boca -en cuyo interior se mete una vela encendida- han llegado a ser casi un elemento obligatorio en los escaparates de la región en estas fechas. Según los datos de Mercamadrid, en el mes de octubre se han vendido más de 186 toneladas de este tipo de cucurbitáceas en la región.
De hecho, numerosas pastelerías de la Comunidad de Madrid ofrecen ya no sólo los dulces tradicionales (huesos de santo y buñuelos), sino también figuras de chocolate con referencia a esta costumbre anglosajona. Las calabazas son el símbolo del alma de los muertos.
Para las tiendas de disfraces, los últimos días de octubre se han convertido en un importante periodo de ventas. Lo más vendido y alquilado este año: los disfraces de esqueletos, magos y brujas.
Ayer por la mañana eran muchos los madrileños que acudían a estos comercios especializados buscando calaveras de plástico, muñecas bruja y vampiros. Existen diversas posibilidades de estrenar lo adquirido, ya que muchos establecimientos nocturnos preparan fiestas especiales para la víspera del día de Todos los Santos. Tampoco faltan ofertas para los más pequeños y la familia. Sobre todo los parques temáticos -como el Parque de Atracciones- aprovechan la ocasión para actividades especiales y "terroríficas" durante el largo fin de semana.
Queda por descubrir si los niños han adoptado la costumbre del trick or treat (trato o truco); es decir, si el domingo por la tarde recorrerán las calles de su ciudad pidiendo chucherías, al estilo de los chavales de otros países donde está más arraigada la tradición. De todas formas, la fiesta de Halloween se ha extendido rápidamente en los últimos años por toda Europa, incluida la capital de España.
Las raíces de esta celebración se remontan a una festividad de los celtas. Este pueblo del norte de Europa estaba convencido de que en la noche del 31 de octubre regresaban al mundo de los vivos las almas de los fallecidos. Para alejarlos de sus hogares, dejaban comida fuera de las casas. De aquí la costumbre del trato o truco, actividad infantil más importante de Halloween.
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