Valencia a debate

Valencia se ha convertido desde el pasado miércoles hasta hoy en el centro internacional del debate sobre el impacto de los grandes eventos deportivos en las ciudades. Bajo el título de Valencia Summit, expertos del mundo empresarial, político y deportivo debaten en el Palacio de Congresos sobre "la necesaria implicación de la ciudad para el éxito de un gran evento deportivo". La cumbre es la primera de las cuatro que se celebrarán en Valencia hasta 2007, una por año, hasta la disputa de la Copa del América de vela. La edición de 2005 debatirá sobre la gestión del proyecto; en 2006 se discutirá la proyección internacional de la imagen de la ciudad; y en 2007 será el turno de la capitalización del legado del evento deportivo.

El ciclo de conferencias y ponencias fue inaugurado el miércoles por la alcaldesa de Valencia, Rita Barberà, y el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, acompañados de Iñaki Urdangarín, vicepresidente del Comité Olímpico Español y presidente del instituto Nóos.

La primera conferencia corrió a cargo de Carmelo Ezpeleta, consejero delegado del grupo Dorna, organizador del Campeonato del Mundo de Motociclismo, que este fin de semana celebra la última prueba de la temporada en el circuito Ricardo Tormo de Cheste. "El impacto de un evento deportivo como el que se celebra en Valencia varía entre los 35 y los 42 millones de euros", explicó Ezpeleta. "Jerez, por ejemplo, era conocida casi sólo por el vino, y ahora acoge un gran premio de motociclismo. En 1986 tenían un hotel de cinco estrellas, y ahora seis", añadió. Valencia organiza las carreras de Cheste desde 1999, y suministró los oficiales de pista al reciente premio que se disputó en Qatar. La ciudad también aspira a celebrar los Mundiales de Atletismo de 2009, por cuya organización compite con Berlín y Split, y en 2007 se convertirá en el centro mundial de la vela durante la Copa del América.

La concesión a Valencia del torneo velístico, en noviembre de 2003, ha desatado una serie de estudios sobre la manera de implicar a los ciudadanos, las instituciones y las empresas patrocinadoras en el desarrollo de la prueba. Los responsables del torneo pudieron tomar nota de las explicaciones de Peter Kiely, presidente del consorcio que organizó la pasada Copa del América en Auckland, Nueva Zelanda, en 2003. "Todavía nos duran los beneficios. Fue una puerta para el turismo y transformó la ciudad. Una competición así es una ocasión única para el cambio", explicó. "En Auckland transformamos una parte muy antigua de la ciudad, que era una lacra, y creamos una especie de pueblo para la Copa", añadió. El producto interior bruto de Nueva Zelanda aumentó durante la competición en un 1,4%, y se crearon unos 10.000 puestos de trabajo. También se dispusieron 64 dársenas especiales para grandes yates, una de las principales atracciones para los turistas.

Jaime Lissavetzky, secretario de Estado para el Deporte, destacó ayer el papel central que desempeñan las Administraciones públicas. También se estudió la implicación de los voluntarios y la cohesión social de la ciudad, así como los problemas que puede sufrir Valencia con los alojamientos temporales. El foro, el primero de estas características, se cierra hoy con la intervención del ex presidente del COI, Juan Antonio Samaranch, y la lectura del Manifiesto de Valencia, que recogerá las conclusiones de la cumbre.