_
_
_
_
Reportaje:

Aprendiendo un oficio en palacio

Una escuela taller forma a canteros, albañiles y carpinteros mientras restaura la torre de Orgaz en Fontecha

Diez jóvenes se afanan en conocer los rudimentos de la cantería a base de martillo y cincel; al lado, otros tantos descubren los arcanos de la albañilería manejando con destreza la paleta y, algo más lejos, ocho chicos y dos chicas tratan de afinar la madera en los tornos. Son los 30 alumnos de la tercera promoción de la Escuela Taller Micaela Portilla que trabajan en la rehabilitación de la impresionante torre de Orgaz de Fontecha (Álava).

Es la primera rehabilitación de un edificio histórico que no tiene plazos. "Lo principal es formar a los chavales; luego ayudarles a encontrar trabajo cuando terminen los dos cursos, y, por último, concluir con rigor la restauración del monumento", aclara María Jesús Calleja, directora de la escuela.

El 90% de los estudiantes inscritos encuentra trabajo al acabar sus estudios

Los progresos en la recuperación de esta torre y el patio de armas y el palacio adyacentes no son grandes si se piensa que han pasado seis años desde que comenzó el proyecto. Sin embargo, no son nimios: se ha consolidado el muro sur del palacio, a punto del derrumbe; se ha limpiado todo el interior y se han dispuesto barandillas y escaleras de madera para moverse por el recinto y se han construido dos baños con techos abovedados. Todo ello de la mano de los 90 alumnos que han pasado por el recinto.

El jefe de estudios, José Javier Gómez, explica el porqué de este ritmo de trabajo: "Los chavales están dos años. Los seis primeros meses van rotando por talleres para que luego puedan elegir el oficio que prefieren; los otros 18 meses se forman y cuando ya son canteros, albañiles o carpinteros se marchan, y tenemos que formar a otra promoción".

La escuela fue una idea de la Cuadrilla de Añana, comarca alavesa a la que pertenece Fontecha, y cuenta con el respaldo de la Diputación y el Inem. El proyecto arquitectónico corre a cargo del Servicio de Patrimonio Foral, dirigido por Juan Ignacio Lasagabaster. Los requisitos para entrar en la escuela son mínimos: tener de 16 a 24 años, estar en paro y los extranjeros han de contar con permiso de residencia. Los seis primeros meses de prueba se cobra una beca de seis euros diarios; y el resto, 355 euros al mes, el 75% del salario mínimo.El 90% de los estudiantes inscritos acaban los dos años y encuentra trabajo al finalizar sus estudios. Además, la escuela se ha convertido en la principal referencia en el aprendizaje de cantería del Norte de España, ya que los alumnos no sólo aprenden a tallar piedra, sino que afrontan problemas constructivos en un terreno tan difícil como una torre del siglo XIV.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Como comenta el profesor José Luis Pérez, "se enfrentan a paredes abombadas, a sustituciones de sillares que conllevan el movimiento de otros y un retallado in situ de la piedra. Practican en el lugar más difícil para un cantero". Éste es el oficio más espectacular y más duro. Su labor no sería posible sin la ayuda de los carpinteros, que realizan los moldes de las piezas que se tallan, o de los albañiles que darán forma a las dependencias del palacio.

El siguiente reto de la escuela será sacar los talleres fuera de la torre, un proyecto que ya está redactado.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_