Ibarretxe asegura que el futuro de Euskadi no se decidirá "en España"

El Gobierno vasco aprovechó el 25º aniversario del Estatuto de Gernika, que tanto el Ejecutivo como el Parlamento vascos se han negado a celebrar, para decir en una declaración institucional que el futuro de Euskadi se va a decidir en esa comunidad y no "en España" y reiterar que habrá consulta sobre el plan Ibarretxe. El lehendakari admitió que el Estatuto ha dado a Euskadi un bienestar "superior a la media europea", pero que fue una solución para "un momento histórico".

"El tren del futuro está en marcha, y su objetivo es que la sociedad vasca decida y nadie nos lo va a impedir", indicó Ibarretxe. El lehendakari advirtió de que "este tren no va a parar como consecuencias de insultos y descalificaciones" e insistió en que "el futuro de Euskadi no se va a decidir en España, sino en Euskadi".

La primera referencia que Ibarretxe hizo al 25 de octubre fue para remontarse a un antecedente negativo para los nacionalistas: la ley abolitoria de los fueros vascos de 1839, como conclusión, dijo, del "recorrido que había iniciado la Constitución de Cádiz de 1812". Entonces, afirmó, "se impuso por primera vez en la historia la unidad constitucional de la monarquía como límite y barrera infranqueable para (...) la soberanía de nuestro pueblo".

El lehendakari se refirió luego al 25 de octubre de 1979, fecha de la aprobación en referéndum del Estatuto vasco, como el momento de "la recuperación de una identidad política" y de la "actualización convenida en ese momento histórico determinado" de los derechos vascos.

Ibarretxe señaló que ha sido "el conjunto institucional vasco" el que ha "tirado del carro" del desarrollo estatutario, mientras atribuyó al Estado el papel de "agente negativo, de cierre, de restricción, cuando no de pura y simple negación", al que acusó de haber dispuesto partidariamente del Estatuto y de haber hecho "burla" y "desprecio" de la legalidad.

Pese a admitir que han sido las instituciones nacidas del Estatuto y el ejercicio de sus competencias las que han situado a la comunidad autónoma "en niveles generales de bienestar superiores a la media europea", Ibarretxe justificó su plan. Su proyecto supone, dijo, "el cumplimiento de un compromiso expreso de Gobierno", el mismo en el que argumentó y reiteró su intención de convocar una consulta, y la representación "de algo tan claro como que los derechos y libertades del pueblo vasco son previos y preexistentes a la actual Constitución española". Ésta, afirmó, "ni concede ni crea derechos políticos al pueblo vasco", sino que simplemente "los reconoce" como derechos históricos.

El acto central de la conmemoración institucional del aniversario del Estatuto vasco fue organizado por el delegado del Gobierno en Euskadi, Paulino Luesma, en la subdelegación del Ejecutivo central en Bilbao. Ni a este acto ni al organizado por la Diputación de Álava, en manos del PP, acudieron representantes nacionalistas, más allá del ya ex militante peneuvista y ex consejero vasco Joseba Arregi, quien consideró "significativo" que el Gobierno vasco no quiera celebrar aquello que le legitima.

Luesma hizo una intervención en tono integrador, poniendo en valor palabras como "consenso", "pacto", "acuerdo" y "cohesión social". El delegado censuró a los nacionalistas por seguir "alimentando permanentemente ese discurso de insatisfacción" respecto del autogobierno. Y advirtió de que más allá del Estatuto "y de su posible reforma, sólo podría hablarse del abismo de la separación, del viaje a ninguna parte". Luesma recordó que la reforma estatutaria sólo tiene sentido si incrementa la cohesión social, no si genera "fractura, confrontación y división".

En Vitoria, el diputado general Ramón Rabanera (PP) abrió la recepción de la Diputación con un recuerdo a las personas asesinadas y amenazadas por defender el Estatuto.