"La única manera de que nos respeten es atacando más"
En Italia, a Walter Samuel (23-03-1978) le llamaban Il Muro por su presunta impermeabilidad. Se decía que era futbolística y psicológicamente duro. En persona parece un chico amable por el que las dudas, si pasan, pasan rápido. Nacido y criado en un pueblo de la pampa húmeda argentina, el hombre fue de un pragmatismo prematuro: con 10 años desistió de ser delantero. Con él y con Helguera formando pareja el Madrid ha encajado cinco goles, cuatro menos que en la temporada pasada.
Pregunta. ¿Recuerda cómo empezó a jugar de central?
Respuesta. Cuando era pibito empecé a jugar de delantero en la Liga de mi pueblo, en Firmat. Hasta que un día, cuando tenía 10 años, un técnico me preguntó y yo le dije que sí, que a mí me gustaba jugar atrás; que jugar de delantero es lo normal cuando uno empieza de pibito, cuando lo único que te gusta es meter goles y todas esas cosas, pero que a mí siempre me gustó jugar atrás. Entonces la vida en Argentina era más tranquila. Ahora los chicos están mucho más perseguidos por los padres, los tratan como si los prepararan para ser profesionales. Yo jugaba para divertirme.
"Me encontré un poco inseguro, porque aquí, si vas ganando 1-0 y no tienes la pelota, el público te pita. En Italia se conforma con los tres puntos"
"Me dijeron que históricamente fue muy difícil defender en el Madrid, y lo estoy viviendo. Pero me atrajo poder contárselo a un hijo o a un nieto"
P. ¿Por qué disfrutaba al ser defensa con 10 años?
R. En mi barrio jugué siempre atrás y creo que dentro de todo me defendía. Creo que lo hacía bastante bien. Aparte, uno ve sus limitaciones y trata de disimularlas lo más que puede; por eso yo trato de jugar lo más simple posible. Si hubiese seguido jugando adelante no habría llegado a nada. No era lo mío. Técnicamente no soy apto para eso.
P. El de central nunca fue un buen oficio para ejercer en el Madrid. ¿No pensó que era un club complicado para ser defensa?
R. Me han dicho que históricamente fue muy difícil defender en el Madrid y ahora lo estoy viviendo. Pero al mismo tiempo es lindo porque es un club que siempre apuesta a ganar y fue eso lo que me atrajo, además de su historia. El día de mañana poder decirle a un hijo, o a un nieto, que jugué en el Real Madrid es un orgullo.
P. ¿No habría sido más fácil para usted firmar por un club que apueste por un fútbol más equilibrado? Ahí estaban el Chelsea, o el mercado italiano, donde los defensas tienen gran prestigio.
R. Es lo que hablo con mi señora. En Roma estábamos de lujo. Yo jugaba muy cómodo, me había ganado el respeto de la gente, del club. Pero, por ahí, me dieron ganas de probarme a mí mismo. Por eso elegí el Madrid.
P. Por el Madrid pasó Ruggeri y fracasó. Después pasaron Sanchis y Hierro, dos de los mejores centrales de la historia del fútbol español. Y los dos se fueron del club sin recibir homenajes, más bien al contrario. ¿No le intimidan los precedentes?
R. Para nada siento temor. Lo que veo aquí es un club que va a ganar todo. Lo que pasa es que hemos empezado la temporada y no hemos sido regulares. Pero no me vuelvo loco. Estoy tranquilo.
P. Le contrataron para fortalecer la defensa y sin embargo parece que todavía algo falla.
R. Creo que hemos encajado menos goles que el año pasado.
P. ¿No será un problema estructural del equipo? Usted en el Boca jugaba con Serna por delante; en Argentina tenía a Simeone de medio centro y, en la Roma, a Emerson.
R. El defensor puede ser muy bueno pero siempre va a necesitar el apoyo del centro del campo. El año pasado en la Roma fuimos la defensa menos batida del calcio. Pero yo siempre he dicho que eso no habría sido posible sin el trabajo de los centrocampistas. ¡Emerson y Dacourt son dos leones!
P. En el Madrid, los dos centrocampistas con que cuenta son Zidane y Guti, más delanteros que otra cosa. ¿No le cuesta adaptarse a la ausencia de un medio centro especialista?
R. Albert Celades está habituado a jugar de cinco
[el dorsal clásico del medio centro en Suramérica]. No es cuestión de nombres. En Italia se hace un fútbol más táctico y aquí se piensa en ganar los partidos atacando permanentemente. Creo que no importa jugar con cinco delanteros porque en este momento lo importante es que los otros equipos nos tengan más respeto. Ahora todos nos atacan y la única manera de evitarlo es atacándolos más nosotros. Hay que correr ese riesgo porque estamos muchos puntos por abajo en la clasificación.
P. Seguro que nunca en su carrera se ha visto más desbordado por los rivales. ¿Le parece bien insistir en jugar con hasta ocho hombres por delante de la línea del balón?
R. Lo importante no es la gente que defienda sino la ubicación de todo el equipo en el campo. Si nos ayudamos unos a otros vamos a correr menos y vamos a suplantar muchas cosas. De todas maneras, el Madrid va a ponerse en situaciones de riesgo porque no nos queda más remedio que hacerlo. Por la clasificación que tenemos no nos podemos permitir ser conservadores.
P. ¿Cree que tendrá que acostumbrarse a perder el control de la situación en algunos partidos?
R. Al principio me sentía un poco inseguro porque no le encontraba la vuelta a la manera de jugar. En Italia hay que ganar y punto. Hay muchas más presiones de los clubes. Aquí, si vas ganando 1-0 y no tienes la pelota el público te empieza a pitar. En Italia, la gente no pide la posesión de la pelota. Se conforman con los tres puntos.
P. Decían que usted era una persona muy callada, pero se le ha visto pegar algún grito. ¿No se hace desesperante para un central zurdo jugar junto a Roberto Carlos?
R. No, porque sabemos que cuando él se va se crean muchas situaciones. De todas formas creo que eso es algo que tiene que ver el entrenador, para que haya un equilibrio entre Míchel [Salgado] y él, y no suban los dos al mismo tiempo.
P. ¿Le habían dicho antes que era un jugador lento? Porque aquí se le ha criticado por eso.
R. La verdad es que no. Yo no me creo ni un jugador lento ni me creo Owen. Simplemente tengo una buena velocidad para defender. Para mí no es nuevo jugar con mucho espacio a la espalda. Con Bielsa, en Argentina, adelantábamos mucho la línea y corríamos muchos riesgos. Nunca tuve problemas.
P. ¿De quién aprendió más en su oficio?
R. Entre los técnicos, del que más aprendí fue de Bielsa; entre los jugadores, de gente con mucha experiencia, como Ricardo Rocha, que jugó en el Madrid y coincidimos en Newell's, o como Bermúdez y Ayala.
P. ¿Qué le enseñó Bielsa?
R. Cosas a las que no daba importancia, como la salida del balón o la defensa de las jugadas a balón parado. Yo antes, en los córners, iba con mi marca y me olvidaba de los demás. Bielsa nos enseñó que a veces tienes que ir con tu marca pero sin descuidar a otros jugadores que se pueden quedar libres. Tu obligación es más amplia.
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