_
_
_
_

PSC e ICV piden que no se politicen las selecciones

Enric Company

Mientras los independentistas convertían la llegada a Barcelona de la selección catalana de hockey en su fiesta, el PSC e Iniciativa Verds pedían que "no se politice" la batalla de las selecciones para su reconocimiento internacional. Los portavoces Miquel Iceta y Dolors Camats, respectivamente, expresaron el apoyo de sus partidos a las federaciones catalanas y subrayaron que es a ellas a las que compete elegir su ámbito de actuación. La ministra de Educación, Ciencia y Deporte, María Jesús San Segundo, felicitó a la selección catalana por sus "magníficos éxitos" y también expresó su "apoyo total a la selección española".

Pero la polémica política sigue. El PP pidió ayer la comparecencia del secretario general de Deportes, Jaime Lissavetzky, en el Congreso para exponer la posición del Gobierno sobre la participación de selecciones autonómicas en competiciones internacionales. Según el criterio del PP, dijo su portavoz adjunto, Vicente Martínez Pujalte, "España tiene que competir como tal y no tiene sentido la presencia de selecciones autonómicas en competiciones oficiales".

Contra este criterio, el consejero de Relaciones Institucionales, Joan Saura, afirmó que la Generalitat es partidaria de que se considere la existencia de selecciones deportivas catalanas como "un hecho normal". El consejero se mostró convencido de que la participación internacional que ahora se ha iniciado se consolidará y dentro de unos años "va a ser absolutamente normal".

No todo fueron coincidencias entre los partidos del Gobierno catalán. Acerca de un hipotético enfrentamiento entre las selecciones de España y de Cataluña en competición oficial, Iceta dijo: "Éste no es nuestro objetivo", y abogó por evitar que se produzca. "Lo lógico sería que en ese caso una de las dos selecciones desistiera a favor de la otra", apuntó, "y para eso tendrían que ponerse de acuerdo las dos federaciones". Contagiado por el ambiente de euforia deportiva, añadió: "Nuestro objetivo es ganar el campeonato mundial A".

En cambio, Saura sostuvo que el encuentro internacional entre una selección española y otra catalana "debería ser motivo de orgullo y no un problema". El hecho de que Lissavetzky afirmara el domingo en una entrevista que nunca se va a producir un encuentro deportivo oficial España-Cataluña provocó esta réplica de Saura: "Tras estas opiniones hay una incomprensión tradicional y clásica para no dejar que éste sea un país normal".

"No compiten Estados"

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

El secretario general de Deportes de la Generalitat, Rafael Niubó, echó por la calle de en medio. Dijo que efectivamente nunca va a haber un encuentro España-Cataluña porque "los que compiten no son Estados, sino federaciones". Puso como ejemplo que Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte tienen cada una sus selecciones propias y "se cuidan mucho de que una selección no represente al Estado". Niubó destacó que con el esfuerzo que se desarrolla para conseguir la participación de Cataluña en el ámbito deportivo internacional "no se está pidiendo la independencia ni entrar en la ONU".

Pero el hecho de que el presidente Pasqual Maragall aparezca en las fotografías de la final de Macao junto a banderas independentistas ha provocado la alarma del secretario general del PP, Ángel Acebes, quien lo calificó de "espectáculo bochornoso". Acebes provocó la respuesta del ministro de Industria, José Montilla, que además de pedir que no se politice ni se desorbite la importancia de los acontecimientos deportivos, señaló: "Alguien puso una estelada

[bandera independentista] junto a Maragall, y en ese sentido sería preferible utilizar símbolos que nos representen a todos, como la bandera catalana".

El líder de la oposición, el convergente Artur Mas, acudió al aeropuerto de El Prat a recibir a la selección de hockey y allí pidió a los socialistas que "no hagan caso de las críticas del PP". Mucho más agresivo, el diputado de CiU Felip Puig acusó a Maragall de "utilizar la tensión generada por la guerra de símbolos para esconder el fracaso de su gestión".

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_