China crece un 9,5% en lo que va de año, pese a los objetivos de la Administración de enfriar la economía
La economía china sigue creciendo a fuertes ritmos, aunque en el tercer trimestre se ha ralentizado ligeramente, según muestran las cifras publicadas ayer por la Oficina Nacional de Estadísticas. El PIB ha ascendido un 9,1%, cuando el primer trimestre del año lo había hecho un 9,8%, y el segundo, un 9,6%. Pese a los objetivos del Gobierno chino de moderación en el crecimiento, la cifra en el acumulado del año se sitúa en el 9,5%.
Los graves problemas de falta de energía, las redes de transporte al límite y la inflación decidieron a Pekín a poner en marcha una serie de medidas destinadas a enfriar una economía amenazada de sobrecalentamiento. En abril pasado endureció la política crediticia de los bancos, con objeto de restringir las inversiones en sectores como el inmobiliario, el siderúrgico y el automovilístico, y poner fin a los proyectos redundantes que se han multiplicado por muchas regiones.
Las medidas implantadas han situado bajo control algunas áreas de la economía "inestables", según dijo ayer Zheng Jingping, portavoz del organismo estadístico. Las autoridades se enfrentan a un difícil equilibrio. Por un lado, pisar el freno para que la maquinaria no se embale, y por otro, mantener la vitalidad necesaria para no poner en peligro el desarrollo y la estabilidad del país. Zheng aseguró que las decisiones adoptadas están dando resultado y han reforzado el control macroeconómico. Pero advirtió que los problemas siguen ahí y que, aunque han sido aliviados, pueden rebrotar.
Algunos analistas coinciden en que la política económica está surtiendo efecto a la hora de enfriar los sectores al rojo, y afirman que el incremento de la actividad se ha situado en niveles más sostenibles. Sin embargo, otros señalan que será necesario adoptar más restricciones, como una subida de tipos de interés o una apreciación del yuan; algo, esto último, que, de momento, ha descartado el banco central de China.
Las importaciones, que aumentaron un 36% en agosto, el mes pasado crecieron un 22%, hasta 50.800 millones de dólares. La inflación también se ha moderado ligeramente. En septiembre ascendió un 5,2%, cuando en cada uno de los dos meses anteriores lo había hecho un 5,3%. Pekín asegura que los altos precios del petróleo no han afectado, de momento, significativamente a la inflación, pero si las alzas se prolongan acabarán pasando factura. Según algunos expertos, el precio del crudo puede tener más efectos sobre China que sobre Japón o Estados Unidos, porque su sistema energético es menos eficiente.
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