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Los musulmanes de Santa Coloma oran en la calle para ganarse a los vecinos

El imán endosa al consistorio el conflicto por la mezquita de Singuerlín

Más de 300 miembros de la comunidad musulmana de Santa Coloma de Gramenet (Barcelonès) ofrecieron ayer al municipio una muestra de la celebración del Ramadán, que se inició hace una semana. Los musulmanes oraron en pleno centro de la ciudad y ofrecieron la comida típica de esta fiesta. Con ello pretendían allanar el camino hacia una solución del conflicto surgido por la apertura temporal de una mezquita en el barrio de Singuerlín.

Con la oración, los participantes quisieron mostrar las actividades que realizan dentro de la mezquita y así dejar claro que "lo que hacemos no es ningún acto de terrorismo islámico", aclaró uno de ellos.

A pesar de todo, el colectivo sigue buscando un nuevo local donde ubicar su centro de culto, después de que en los últimos días los vecinos se opusieran todas las noches a la apertura temporal de una mezquita en Singuerlín. El imán de la comunidad musulmana de Santa Coloma, Taoufik Cheddadi, aseguró que no pueden dejar el local de la calle de Anselm del Riu porque "si se cierra el centro, ¿dónde vamos a ir?", pregunta. Cheddadi añadió que siguen buscando otro lugar y pretenden evitar cualquier enfrentamiento.

El comunicado que el imán leyó ayer en la plaza de la Vila de la ciudad colomense plantea la necesidad de convivencia de todos los colectivos inmigrantes y reclama el reconocimiento como "ciudadanos con derechos y deberes". El imán dijo que la situación vivida en los últimos días en Singuerlín es "responsabilidad del Ayuntamiento", que no ha realizado una buena gestión.

La comisionada por la Convivencia y la Participación, Esperança Esteve, matizó que el consistorio en ningún momento se ha desentendido de sus obligaciones. Esteve confirma que continúan buscando conjuntamente lugares alternativos, "tanto públicos como privados". Sin embargo, aclaró que los edificios públicos son "a precario", lo que significa que no se cederá gratuitamente ningún espacio municipal para práctica religiosa.

Quejas de vecinos

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Unos 40 vecinos de Singuerlín siguieron manifestando ayer, mediante pancartas, que se sienten "estafados por el Ayuntamiento". Una vecina, que compartió cena con la comunidad musulmana, aclaró: "Todos estamos luchando conjuntamente para que ellos

[los miembros de la comunidad religiosa] tengan un lugar más grande donde orar". Esteve dijo que el consistorio esperará a que la comunidad musulmana tenga un nuevo lugar para así conceder la licencia correspondiente. Además, aclaró que la razón por la que finalmente no se ha abierto un oratorio en el antiguo gimnasio de Can Zam es por la oposición de los habitantes en la calle del Pilar.

Por su parte, las entidades que forman el Ateneo de Santa Coloma, así como los grupos municipales de ERC, EUiA y PSUC Viu, manifestaron, a través de un comunicado, su preocupación ante lo sucedido. Los hechos "están saqueando la convivencia de los vecinos de Singuerlín", apunta el documento. El colectivo pide que se active el plan de convivencia, y que se garanticen los derechos de todos, tanto a ejercer el culto como a manifestarse.

Después de seis noches concentrándose a las puertas del oratorio, los vecinos no se manifestaron ayer, ya que la concentración se llevó a cabo con los musulmanes. Sí leyeron un manifiesto, tras la celebración del Ramadán, en el que lamentaban la actitud del Ayuntamiento.

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