Dudas

Dentro de dos días hace ya un año que 37 inmigrantes encontraron la muerte por ahogamiento a 200 metros de las playas de Rota. Mucho se habló en aquellas fechas de responsabilidades. La cercanía de la costa y el hecho de que no llegara ayuda alguna que permitiera su salvamento determinaron un cruce de acusaciones graves entre PSOE y PP. Todo se hizo bien, decía el entonces subdelegado del gobierno, Maximiliano Vilchez. Todo se hizo mal, decía el PSOE. En medio de este cruce de acusaciones, los muertos. Pronto llegó la calma y el silencio.

El archivo de las actuaciones judiciales, en menos tiempo del que se tarda en notificar una sentencia del Audiencia Nacional al Supremo y facilita la excarcelación de Lamari, hizo que las voces fueran a menos. Tan a menos que casi se apagaron sin más excepción que el Defensor del Pueblo andaluz y el que fuera Consejero de Gobernación por el PSOE, Alfonso Perales (más éste periódico). Ambos insistían en la investigación. Nada de nada.

Sin embargo, hoy, cuando apenas ha trascurrido un año, el Defensor Andaluz ha vuelto a insistir. Exige que se reabra la investigación judicial. Hoy, gracias a que Alfonso Perales no quedó mudo, se sabe que existió descoordinación entre Policía Portuaria y Salvamento, como falta de medios de la Guardia Civil. También que estas realidades hicieron que se retrasara la ayuda en términos que la hicieron inexistente. De ahí que no sea mal tiempo para que la investigación judicial se reabra y se despeje definitivamente cualquier duda sobre las responsabilidades que pudieron existir.

Unas dudas que deben despejarse. Tanto el PSOE como el PP así la hicieron llegar a los ciudadanos, quiénes seguimos esperando conocer si se habla frente al adversario político por el hecho de serlo, o si se habla en nombre de unos muertos, que tenían que estar vivos. Pues bien, como la duda sigue existiendo, ya que sigue sin comprenderse como se pueden ahogar treinta y siete personas a menos de doscientos metros de la orilla, hay que despejarla. En fin que No estaría nada mal, incluso bien, que, a la luz de los nuevos datos, se procediera a continuar una investigación que se archivó a una velocidad que no es propia de una sistema judicial que, si algo le caracteriza, es pensarlo diez veces o diez años antes de archivar.