Telemadrid margina a Izquierda Unida

Me resulta difícil calibrar si uno siente más indignación como periodista con ya muchos años de oficio o como ciudadano, pero, en cualquier caso, la afirmación de la presidente Esperanza Aguirre sobre Telemadrid durante el pasado debate del estado de la región sólo puede calificarse, siendo muy benévolo, como sonrojante. Doña Esperanza aseguró que en la cadena de todos los madrileños se había acabado con la manipulación y el sectarismo. Y lo peor es que lo dijo con desparpajo y se quedó tan a gusto. ¿Quiere que le cuente, doña Esperanza? ¿Quiere que le cuente cómo a IU se le deja fuera de cámara en actos a los que asiste?

Le pongo un ejemplo. Visita al Ayuntamiento de Madrid del autobús fletado por la plataforma Basta Ya. ¿Quiere que le cuente cómo, de forma sistemática, en las últimas fechas, hasta siete, Telemadrid no asiste a los actos informativos de IU en el Ayuntamiento? ¿Quiere que le cuente cómo, por toda excusa, compañeros de profesión y en algunos casos hasta amigos te dicen una y otra vez, con profunda vergüenza para ellos, que no tienen cámara para IU? Y no mienten, doña Esperanza, no mienten porque están todas, o casi todas, con usted y su Gobierno, ya sea inaugurando o reinaugurando o vendiendo o revendiendo la misma noticia, ya sea en la versión del encendido elogio a sus logros o ya sea mediante publirreportajes variopintos.

¿Cómo van a poder cubrir nuestras propuestas de movilidad en la ciudad o nuestro apoyo a los vecinos de Tetuán, nuestras reuniones con los sindicatos o con los vecinos de San Cristóbal de los Ángeles o nuestras propuestas para el pleno o nuestra opinión sobre los impuestos y tasas municipales o cualquier otro asunto sin duda menor para los directivos de Telemadrid? ¿Cómo dar cuenta del trabajo diario de IU si ya habrá alguna discrepancia interna que sacar a la luz y entonces allí estaremos los primeros? Y como ciudadano, doña Esperanza, sólo decirle que me invita usted a la objeción fiscal sólo con pensar que la parte alícuota de mis impuestos engorda los bolsillos, y de manera cuantiosa, a juzgar por algunos contratos, de quien permite y alienta esta vulneración de los mínimos principios que han de regir una televisión pública.