Al menos cuatro empresas intermediarias se lucraban con el alquiler del Yak-42
Al menos cuatro intermediarios se lucraban con el alquiler del Yak-42 que se estrelló en Turquía en mayo de 2003, causando la muerte de 62 militares españoles. El Estado Mayor de la Defensa contrató el vuelo con la agencia NAMSA, de la OTAN, que subcontrató al broker Chapman Freeborn. Éste hizo lo propio con Volga Dnepr, empresa que, a su vez, subcontrató a Adriyatic, que pactó con UM Air, la compañía ucrania que puso el avión. Sólo Chapman Freeborn cobraba 23.350 dólares, cifra que fuentes del sector de vuelos chárter consideran "exagerada". El ministro de Defensa, José Bono, que hoy comparece en el Congreso para informar sobre el caso, afirmó en septiembre que las subcontrataciones beneficiaron a "algún desvergonzado".
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