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Mas expresa sus diferencias con Maragall con su asistencia al Cataluña-Taipei de hockey

La sorprendente decisión del jefe de la oposición causa malestar en el equipo del presidente

Francesc Valls

Las nubes aparecieron ayer sobre el Yang-tsé, en el último día de la visita que el presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, y el jefe de la oposición, Artur Mas, realizan a China. Anoche la sección convergente del séquito presidencial dio a conocer en Shanghai que hoy saldrá rumbo a Macao para asistir al partido de cuartos de final del mundial B de hockey sobre patines entre Cataluña y Taipei. Maragall desconocía esta decisión de Mas, guardada en secreto hasta el último momento, aseguran fuentes próximas al Gobierno.

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Los gestos han expresado elocuentemente las discrepancias que el líder convergente no ha verbalizado con el presidente catalán, a quien las exigencias de guión llevan hoy rumbo a Tokio.

La jornada final de esta experiencia del dúo presidente-jefe de la oposición no se auguraba tan agitada, a juzgar por la placidez de los dos días anteriores. Cierto es que Mas se ha tragado muchos sapos en este viaje a China. Por eso a alguien de su equipo se le encendió la luz de las ideas cuando, hace 72 horas, Maragall dijo que no podría asistir a los partidos finales de la selección catalana de hockey patines en su estreno en competición oficial.

La artillería convergente no aguardó al retorno a Barcelona del líder de la oposición. La ocasión era buena: Mas se halla en Shanghai y desde ahí puede viajar a la ciudad china de Macao. Maragall, en cambio, sale hoy hacia Japón y para volver a China precisaría otro visado de entrada. Y como dijo el líder de Convergència, "CiU no tiene ningún vínculo de sangre con el Gobierno".

"Iremos a Macao a apoyar a la selección catalana", apuntó uno de los miembros del séquito del ex conseller en cap. "Nos alojaremos en su hotel y el sábado ya estaremos en Cataluña para asistir al consejo nacional de CDC", agregó la citada fuente. Mas no comentó nada ante los periodistas. Lo hizo su equipo, que estuvo toda la tarde de ayer luchando por el cambio de billetes que les permitiera regresar desde Hong-Kong a Barcelona. "Tenemos dos modelos diferentes de país, dos modelos diferentes de venderlo al exterior, pero de todo esto ya hablaré cuando llegue a Cataluña", subrayaba Mas antes de dar a conocer su macha a Macao.

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La acción de Mas no ha sentado nada bien en el equipo de Maragall. La asistencia del líder de la oposición a los viajes presidenciales se convierte en una lanza de Aquiles, que cura y hiere. Y ayer mostró su lado agresivo para los intereses del presidente de la Generalitat. Los colaboradores de Maragall que defendieron la incardinación del líder de la oposición en el séquito tendrán un elemento de reflexión.

El viaje, eso sí, habrá servido para que ambos políticos por lo menos hayan hablado durante 45 minutos sobre la situación en Cataluña. "Hemos compartido puntos de vista en una conversación privada e informal", dijo Maragall, quien se negó a dar detalles de lo tratado. Estatut, financiación y ley electoral son tres buenos argumentos para esa conversación.

Con ese colofón agitado se cierra el viaje de Maragall a China. Por la mañana visitó la fábrica Relats, en Suzhou. Por la tarde, la entrega del galardón de Casa Asia a la escuela de negocios CEIBS puso el punto final al primer viaje de Maragall como presidente de la Genetralitat y Mas como jefe de la oposición.

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