Un ataque a la Guardia Nacional causa cuatro muertos y 80 heridos
Cuatro guardias nacionales iraquíes perdieron la vida y más de 80 resultaron heridos en la mañana de ayer en un ataque con seis granadas de mortero contra el cuartel de Machahda, cerca de Taji, localidad que se halla a 40 kilómetros al norte de Bagdad y está controlada por la insurgencia, según informó un portavoz del Ministerio de Defensa.
Helicópteros de transporte estadounidenses trasladaron de inmediato a los heridos a centros médicos y otros artillados sobrevolaron la zona en busca de los atacantes. No hay víctimas entre los instructores norteamericanos encargados de entrenar a este cuerpo militar iraquí, informó el Ejército de EE UU.
La Guardia Nacional, compuesta ya por unos 30.000 hombres, será la encargada de llevar el peso de la lucha contra la insurgencia y es precisamente por eso uno de los principales objetivos de los ataques rebeldes. En el momento del ataque se encontraban formados en el patio de la base 550 hombres.
La ruptura el lunes de las negociaciones para lograr una solución pacífica en Faluya, ciudad suní de 300.000 habitantes situada a 50 kilómetros al oeste de la capital, ha provocado un éxodo de sus habitantes, que temen una inminente ofensiva terrestre de los marines acantonados en las afueras. No hay cifras fiables, pero algunos de los que han logrado abandonar la zona sostienen que es masivo. Fuentes militares norteamericanas reconocen su temor a que entre los civiles huyan parte de los insurgentes y trasladen su campaña de lucha a otro lugar, como la misma capital, Bagdad, donde cuentan con apoyos e infraestructura. El secretario general de la ONU, Kofi Annan, pidió ayer a las fuerzas de la coalición que extremen las medidas en sus operaciones militares para evitar la muerte de civiles.
Por otra parte, Naciones Unidas ha pospuesto su plan inicial para aumentar su personal electoral en Irak con 25 nuevos especialistas debido a la situación de inseguridad. De los 36 trabajadores que se encuentran en la oficina de la ONU de la zona verde (la más protegida del país) sólo 12 son expertos en elecciones, un cifra irrisoria comprada con los 600 monitores desplegados en Afganistán. Según el profesor de la Universidad estadounidense de Columbia Edward Luck, el plan actual "parece destinado para un país como Costa Rica", pequeño y pacífico.
