Las faldas de la polémica
Soledad Murillo, secretaria general de Políticas de Igualdad, solicita a Manuel Santana que retire a las modelos como recogepelotas
La polémica surgió ayer en el Masters Series de Madrid de la forma más inesperada. Soledad Murillo, secretaria general de Políticas de Igualdad, mandó una carta al director del torneo, Manuel Santana, solicitando la retirada de las modelos que realizan la tarea de recogepelotas en el partido que transmite La 2 cada jornada a las 19.30. La carta fue enviada igualmente a Alberto Ruiz-Gallardón, alcalde de Madrid, y a César Alierta, presidente de Telefónica, "como responsables de las entidades patrocinadoras del evento". A las ocho de la tarde la solicitud no había sido recibida aún en las oficinas del torneo madrileño. Sin embargo, Murillo equivocó uno de los destinatarios, puesto que Telefónica está aún negociando su hipotética participación publicitaria en el evento. La organización del torneo indicó ayer que eso no va cambiar nada. "Seguiremos con nuestro proyecto hasta el final", dijo Gerard Tsobanian, director general de la empresa propietaria del Masters Series.
"La utilización de modelos", comenta Murillo en su comunicado, "contribuye a fomentar una clara visión discriminatoria de las mujeres que aparecen como simples objetos de decoración y divertimento". Y más adelante, agrega: "Una vez más se repite un uso sexista de la imagen de las mujeres que, desgraciadamente, se está convirtiendo en cotidiano".
Todos estos conceptos causaron ayer irritación entre las modelos elegidas por la organización para realizar esta tarea. "Nos parece fatal", señalaron Jayone San José y Elisa Banchini, de 24 y 21 años. "No hacemos nada que salga de lo normal. Ni llevamos escotes provocativos, ni faldas cortas, ni enseñamos el culo. Es un trabajo que nos ha caído, que intentamos hacer con la mayor dignidad y por el que se nos paga muy bien".
25 elegidas de 80 candidatas
Las modelos fueron contratadas por la empresa de moda Hugo Boss en una agencia de modelos y perciben el salario habitual para una acción de promoción. En este caso, entre 900 y 1.000 euros por 17 días de trabajo a razón de dos horas diarias. Las 25 elegidas -la mayor parte de las cuales son estudiantes y practican algún tipo de deporte- fueron seleccionadas de un grupo de 80 candidatas el pasado mes de septiembre.
"Se les dijo que deberían entrenarse y aprender el trabajo", agrega Tsobanian. "Y todas estuvieron de acuerdo y están encantadas. Muchas de ellas han descubierto el tenis y se quedan a ver los partidos cuando acaban su jornada. Además, se les ha hecho regalos y se les da entradas para sus familiares. El trato ha sido exquisito".
La idea de utilizar modelos en un único partido de la jornada en lugar de los habituales niños y niñas procedentes de las escuelas de tenis para hacer la función de recogepelotas, surgió en la final del año pasado, cuando Tsobanian se lo propuso a Mark Miles, director del ATP Tour. "Él sonrió", dice Tsobanian. "Pero la idea tomó cuerpo. La plantée a varias empresas de moda y Hugo Boss se mostró interesada para realizar una promoción de moda femenina".
Tsobanian asegura que en ningún caso "pretendimos convertir a la mujer en un objeto sexual. En el fondo es como si estuvieran en una pasarela de moda. No es tan distinto".
Manuel Santana, director del torneo, se mostró contrariado por la polémica. "¿Habrá que suprimir también a las cheer-leaders del baloncesto, a las chicas que aparecen en las parrillas de salida del Mundial de motociclismo, a las de la F-1, del boxeo y de todos los demás deportes? Están desarrollando un trabajo y lo hacen muy bien. Y no encuentro ningún motivo por el que se les deba cancelar el contrato", concluyó el campeón español. En tono jocoso, el norteamericano Andre Agassi concluyó: "Quizá las faldas deberían ser un poco más cortas".
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