Europeístas del PNV ven difícil un voto negativo a la Constitución

El grupo de trabajo creado en el seno de la Comisión de Exteriores del PNV prevé elevar "en dos o tres semanas" a la dirección un dictamen para su discusión sobre la postura del partido ante el Tratado Constitucional europeo. Aunque la decisión no está aun tomada, diversas fuentes consultadas en el PNV ven muy poco probable un no rotundo al texto en el referéndum previsto para febrero. "Con la anterior ejecutiva podría haber alguna duda, pero con Josu Jon es casi impensable", indican. EA ratificará a final de mes en una Asamblea Nacional su rechazo a la constitución.

Aunque oficialmente en el PNV nada está descartado en relación al Tratado Constitucional europeo -el propio Josu Jon Imaz ha reiterado que el no es aún posible-, en privado algunas voces y otras en público consideran que más que un "punto de inflexión", un rechazo rotundo situaría a este partido fuera de las coordenadas europeístas que han presidido su historia.

Todos en el PNV subrayan que el Tratado Constitucional de la UE no satisface sus aspiraciones como nacionalistas, pero la tradición europeísta sigue pesando en un partido que ha estado siempre en los entresijos de la política europea (Movimiento Europeo, PPE, etc) desde que José Antonio Aguirre expresara ante el cuerpo diplomático en 1949 en París la doctrina europeista del PNV de corte federalista y a favor del reconocimiento de las realidades nacionales.

"¿Hasta dónde y en qué aspectos el Tratado impide, promueve o es neutral en relación con nuestros intereses nacionales?". Esa es la pregunta, según la secretaria de la Ejecutiva peneuvista, Josune Ariztondo, que debe responder el grupo de trabajo creado en el seno de la Comisión de Exteriores del PNV, que se reúne esta semana. Ariztondo, sin prejuzgar la postura final del partido, ha señalado a este periodico que sin duda Europa "está más cerca de la doctrina Aguirre con el Tratado que sin él". La Ejecutiva elaborará una reflexión y fijará una posición sobre el referéndum que someterá a una Asamblea Nacional. Pero la dirigente nacionalista o el portavoz del PNV en el Congreso y miembro del grupo de trabajo, Josu Erkoreka, creen que hay una parte de la aceptación de la Constitución que depende más de lo que decida el Gobierno central. "En aspectos como la participación de las regiones o comunidades autónomas en los procesos de decisión de la UE o la posibilidad de recurrir ante el Tribunal de Justicia Europeo", dice Erkoreka, "el Tratado da autonomía institucional a los Estados para que decidan". El PNV espera un compromiso serio de Zapatero para el reconocimiento de la singularidad política, lingüística y cultural vasca.

EA tiene mucho más perfilado su rechazo al Tratado Constitucional, según confirmaron los dirigentes Begoña Lasagabaster y Rafa Larreina. La diputada en el Congreso apunta que los Estados "no han querido traducir en el Tratado las realidades nacionales existentes en Europa. Reconocen que existe un problema pero lo excluyen. Se ha producido un retroceso brutal", añade Lasagabaster. Reconoce que el Parlamento "amplía poderes", que se da luz verde a la iniciativa popular o se ha añadido la Carta de Derechos Fundamentales, pero la valoración general es muy crítica, también en materia social. "La Europa económica financiera es una gran realidad con el Ecofin, el euro, pero el empleo, las pensiones y la protección social en general no avanzan igual".