El 'derby' catalán llega por fin en buena hora
Por una vez, el derby catalán no llega a destiempo, sino que se presenta en un momento en que los dos equipos se sienten a gusto: el Barça, como líder después de tres años de extravío, y el Espanyol, acomodado en la zona alta, con ocho puntos más que en el ejercicio pasado y un currículo que contempla entre otras gestas haber provocado el acto de rendición de José Antonio Camacho como entrenador del Madrid. Aunque el factor campo ha perdido influencia desde que Sarrià fue dinamitado, Montjuïc es hoy un estadio de difícil acceso para cualquiera
No le será fácil al Barcelona mantener una estadística que subraya datos como que el Espanyol sólo ha ganado dos de los últimos 15 enfrentamientos. Tampoco le anima la presencia de Miguel Ángel Lotina en el banquillo blanquiazul porque el técnico vasco ha mantenido actuaciones opuestas en sus cuitas con los azulgrana: igual ha salido goleado (Logroñés) o dulcemente eliminado (Numancia) que ha causado la destitución del entrenador barcelonista (Llorenç Serra Ferrer y Louis van Gaal) en sus tiempos en Pamplona y Vigo. "Para vencer al Barça hay que jugar con un punto de locura", proclama Lotina, que ha perdido a Dani, tan determinante futbolística como anímicamente, puesto que es el punto de encuentro ofensivo del equipo y al tiempo clamaba venganza por lo mal que le trataron en el Camp Nou. Mucho peor parado le ha quedado el equipo a Frank Rijkaard. Las lesiones han atacado justamente sus dos puntos débiles: el medio centro y el extremo derecho. A falta de Edmilson, Motta y Giuly, jugarán Márquez y Larsson, que no son precisamente recambios. Tal es la confianza del técnico en sus jugadores que ni les ha concentrado pese a que, por los compromisos internacionales, sólo han celebrado dos entrenamientos.
Aunque incierto, el derby llega manso o, cuando menos, tranquilo desde los dos bandos. Los azulgrana, los mejores en la posesión de la pelota y en el pase, tienen infinidad de recursos para crear situaciones de superioridad en cualquier zona del campo mientras que los blanquiazules confían en su infinita paciencia defensiva y su capacidad de sorpresa, tanto en las jugadas de estrategia como de entrelíneas, para ponerse a salvo. En caso de empate táctico, uno y otro cuentan con dos jugadores bandera para desequilibrar: Iván de la Peña y Ronaldinho.
El último antecedente, en la Copa Cataluña, resuelto a favor del Barça con polémica arbitral, augura, por lo demás, una cita caliente porque ambos se sienten favoritos.
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