Testigos de la historia

No es fácil resumir la historia completa de la fotografía en apenas 240 instantáneas, pero la amplitud de los fondos de la George Eastman House -el museo fotográfico más antiguo y amplio del mundo con más de 400.000 obras- ha permitido realizar una cuidadosa selección que nos muestra las diversas caras de una disciplina que comenzó como un simple medio de representación, para acabar convirtiéndose en una nueva forma de arte. Las obras de fotógrafos como Mathew Brady, Alvin Langdon Coburn, Robert Capa, Alfred Stieglitz, Edward Weston o Henri Cartier-Bresson descubren la evolución de la fotografía desde los tiempos de los primeros daguerrotipos hasta la actualidad.

Durante el recorrido podemos observar cómo la fotografía fue empleada desde muy pronto con los más diversos fines: políticos, sociales, científicos. Una foto favorecedora hecha por Mathew Brady a Abraham Lincoln le ayudó a éste a llegar a la presidencia de Estados Unidos y el trucaje de instantáneas para lograr el efecto deseado ya se practicó durante la guerra de Secesión americana. Por su parte, el trabajo de Lewis Hine revela las duras condiciones laborales en los años veinte y la mirada de Walker Evans se detiene en las dramáticas consecuencias de la depresión norteamericana en los años treinta.

En esa época la fotografía comienza a mostrar su capacidad para convertir en iconos los instantes atrapados en la cámara. La imagen de los soldados americanos sosteniendo su bandera en Iwo Jima se convirtió en un símbolo de la determinación de todo un pueblo, mientras que la instantánea en la que se ve a una niña vietnamita huyendo despavorida y desnuda tras un bombardeo con napalm en Vietnam es el mejor modo de sintetizar los horrores de la guerra.

En el recorrido por la exposi-

ción nos encontramos con artistas que optan por buscar aspectos inéditos en objetos cotidianos para acabar obteniendo resultados sorprendentes. Es el caso de Edward Weston, que ya a finales de los años veinte sabía convertir un pimiento o un inodoro en objetos artísticos a través de los distintos ángulos desde los que los observaba con su cámara. Simultáneamente, miradas innovadoras como las de Man Ray o André Kertész descubren las múltiples posibilidades de la fotografía como nueva disciplina artística.

Pero seguramente el verdadero secreto de la fotografía es su capacidad para aunar en una imagen belleza y significado. La famosa instantánea captada por Robert Capa en la que se ve cómo muere un soldado republicano durante la Guerra Civil es un buen ejemplo de ello, ya que su fuerza narrativa es similar a su plasticidad. Algo similar ocurre con el instante atrapado por Jeff Mermelstein en un parque de Nueva York cercano a las Torres Gemelas poco después de su derrumbe.

La muestra concluye con un apartado especial dedicado al cine en el que pueden verse proyecciones de clásicos del cine mudo que han sido restaurados por el propio museo George Eastman. Además, se exhiben fotos de estudio de estrellas de cine como Greta Garbo, Elisabeth Taylor o Spencer Tracy y se realiza un recorrido por la desigual trayectoria de una de las primeras estrellas del cine americano, Buster Keaton.