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Reportaje:

Un bombo para familias sin hijos treintañeros

El Ivima sorteará a partir de mañana 152 pisos para sustituir otras tantas infraviviendas, pero los vecinos temen que saldrán perdiendo

A partir de mañana, y durante los próximos lunes y martes, el Ivima sorteará 152 viviendas de nueva construcción en el Poblado Dirigido de Fuencarral A para reubicar a más de 400 vecinos que, desde hace más de 40 años, viven en pisos considerados como infraviviendas, donde, en muchos casos, se hacinan familias enteras en menos de 40 metros. Pero los vecinos temen que, por causa del propio sorteo, podrían seguir sufriendo el hacinamiento aun después de su realojo.

El Ivima ha diseñado los nuevos pisos del poblado A de Fuencarral teniendo en cuenta el número de vecinos censados, construyendo pisos de dos, tres y cuatro habitaciones en las calles de Zamarramala, Sancho Nuño y Otero de los Herreros. La asignación de los pisos depende, en principio, del número de miembros de cada familia: cuanto más grande sea el núcleo familiar, más amplio será el piso adjudicado.

El Gobierno busca realojar a 400 vecinos de un poblado dirigido de Fuencarral

Sin embargo, existe un problema: el sistema de sorteo (en el que cada familia entra en un bombo diferente según su composición) y sobre todo el Decreto 195/2000, por el que se regula, no garantizan que la adjudicación de los pisos respete sus necesidades reales.

Antonio González, presidente de la asociación de vecinos La Unión de Fuencarral, explica cómo se ha llegado a "este sinsentido", según él. "Es cierto que el Ivima ha construido los nuevos pisos teniendo en cuenta el censo de los vecinos y su composición familiar", reconoce. Pero existe un detalle que, dice, les perjudica: "En el sorteo aplicarán el Decreto 195/2000, previsto para los realojos, y según éste, no entran en el censo los mayores de 32 años, aunque hayan vivido aquí toda la vida. Es decir", afirma, "los hijos de los titulares de los pisos y sus familias, que siguen viviendo en casa de sus padres, y son muchos, no aparecen en el censo". Así pues, esta composición familiar no es reconocida por el Ivima, por lo que "el titular, al ser una o dos personas, aspirará al sorteo de las casas más pequeñas, de dos habitaciones, cuando en realidad son muchos más viviendo juntos", asegura González.

Por otro lado, afirma, "el Ivima ha construido menos pisos de dos habitaciones de los demandados, por lo que sobrarán 11 familias que aspiran a estos pisos y que pasarán automáticamente a ocupar viviendas más grandes". Como el número de casas pequeñas no coincide con el número exacto de familias de uno o dos miembros -hay menos casas pequeñas que este tipo de núcleos familiares-, González explica que "el sorteo permite hacinar a una familia compuesta por cinco miembros [reales, porque el Ivima no reconoce a los hijos de más de 32 años] en una vivienda de dos habitaciones, mientras que permite que una sola persona disponga de una casa con tres dormitorios [ya que, al faltar casas pequeñas, el adjucatario pasa a la siguiente categoría de viviendas grandes]".

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Fuentes del Ivima consideran que esto es "imposible" y que "se respetarán todas las necesidades de espacio". Mantienen que el Decreto 195/2000 "es el único que regula la composición familiar, y permite el reconocimiento de los familiares mayores de 32 años siempre que acrediten que viven allí a través del padrón". Sin embargo, los vecinos niegan estas palabras.

"En el peor de los casos", replica el Ivima, los vecinos "nunca vivirán en un piso más pequeño que hasta ahora y, de todas formas", insisten, "siempre podrán solicitar un cambio de vivienda si no quedan satisfechos con la que les ha tocado", pero con el riesgo de que sea fuera de Fuencarral. La asociación de vecinos, sin embargo, afirma que no se les debería aplicar el Decreto 195/2000: "Sólo está dirigido a los inquilinos que acceden por primera vez a un piso del Ivima, y nosotros llevamos más de 40 años viviendo en este régimen", argumentan.

El Poblado Dirigido A de Fuencarral es uno de los 13 barrios construidos hace 40 años por la Obra Sindical del Hogar, una institución creada durante el franquismo, cuyas viviendas pasaron, después de la dictadura, al Instituto Nacional de la Vivienda y posteriormente al Ivima. Tuvieron que pasar 30 años antes de que se promulgase el citado decreto, que prevé el derribo de estas viviendas y su sustitución por otras más dignas. En Fuencarral, cuyos poblados A y B cuentan en total más de 1.000 pisos -de los que se han derribado ya la mitad- han tenido que esperar más y ahora les toca el turno, 18 años después, a 400 vecinos.

Los partidos de la oposición, PSOE e IU, han recogido sus quejas y hoy pedirán en la Asamblea a los responsables del Ivima, el gerente Domingo Menéndez y el consejero de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, Mariano Zabía, que no apliquen el Decreto 195/2000 y que "se reconozca la composición familiar real de los vecinos". El diputado socialista Antonio Fernández Gordillo recuerda que este decreto "prohíbe, en su disposición adicional primera, que se realicen sorteos para la adjudicación de las nuevas viviendas. Además", explica, "excluye la aplicación de este decreto a todas las viviendas resultantes de las operaciones de remodelación y renovación urbana".

El Ivima afirma que el sorteo no se suspenderá. Pero los vecinos no se rinden. "No hemos esperado nuestras nuevas casas 18 años para seguir viviendo hacinados", afirma el presidente de La Unión de Fuencarral.

Un hogar 'provisional' de más de 40 años

Hace más de 40 años, la incesante llegada de inmigrantes del campo y la consiguiente carestía de viviendas en la capital obligó a la construcción de una serie de barrios provisionales a través de la Obra Sindical del Hogar.

Estas casas eran pequeñas, de menos de 40 metros cuadrados, y carecían en muchos casos de cimientos y de materiales de aislamiento contra el frío y la humedad. Los pisos estaban pensados como un hogar provisional para esta oleada de inmigración, para durar sólo 10 años, pero pasaron tres décadas antes de que se regularizara su derribo y su sustitución por viviendas dignas.

Esta medida comenzó en 1984 y tomó forma tras la promulgación del Decreto 100/86. Entonces existían 13 barrios de este tipo, y hoy, 40 años después de su construcción, todavía persisten cinco, que suman aproximadamente 4.000 viviendas: en el Alto del Arenal (Latina), Canillas (Hortaleza), la UVA de Hortaleza, San Blas y los restos de los poblados dirigidos A y B de Fuencarral.

El diputado socialista en la Asamblea Antonio Fernández Gordillo denuncia que "a estas alturas, y 20 años después, todavía queden unas 4.000 viviendas por reformar". En este sentido, señala que durante la etapa socialista al frente de la Comunidad, entre 1984 a 1995, se entregaron 22.827 nuevos pisos, mientras que desde la llegada del PP al Gobierno regional "sólo han remodelado 6.408 viviendas".

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