"Ojos y oídos de poeta"
David Byrne viajó a Brasil en 1986 con motivo de la proyección de su película True stories en Río de Janeiro. Entró una mañana en una tienda decidido a llevarse a casa un buen lote de discos de samba. Entre todo el material que compró había un elepé de Tom Zé equívocamente titulado Estudando o samba. Cuando, semanas más tarde, en Nueva York, David Byrne escuchó aquel vinilo se quedó anonadado. Había sonidos de licuadoras, sierras eléctricas, bocinas... Parecía el trabajo hecho en Manhattan por algún artista de la vanguardia neoyorquina, aunque la fecha de grabación aún resultaba más chocante: 1976. Byrne no paró hasta dar con el autor de aquella música inesperada. "Su música es diferente de cualquier música brasileña que yo había oído. (...) Letras increíbles y, en algunos casos, sílabas sin sentido, como si no pudiese encontrar palabras mejores para articular las influencias que se amontonan fuera de su ventana en São Paulo. Es un hombre pobre del noreste que ve la gran ciudad con los ojos y oídos de un poeta. Su música descubre belleza en lugares extraños y nos da esperanza", escribió.
En 1990 publicó en su sello Luaka Bop un recopilatorio, The best of Tom Zé, a partir de discos de los setenta como Estudando o samba y Todos os olhos, cuya portada, la foto de un ojo gigantesco -en realidad, un ano con una canica- pasó inadvertida a la censura. La revista Rolling Stone considera The best of Tom Zé uno de los 10 mejores discos de los noventa. Tom Zé sale por primera vez de Brasil y actúa en Londres, París o Nueva York -el MOMA le abre sus puertas-. En 1992, graba The hips of tradition: the return of Tom Zé -primer trabajo inédito en 12 años-, al que seguirá Com defeito de fabricação, en 1998. The New York Times le ha comparado con Frank Zappa, recibe los elogios de Beck y, en Postmodern Platos, Sean Lennon, Stereolab, Amon Tobin o John McEntire (de Tortoise) remezclan sus composiciones.
Babelia
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