Unos butroneros roban 1,2 millones en alhajas en un taller de joyería

Unos butroneros robaron durante el fin de semana pasado un taller de joyería situado en el número 2 de la calle de la Pilarica, en el distrito de Usera, y se apoderaron de 1,2 millones de euros en alhajas, oro y dinero en metálico, según denunció ayer el gerente del establecimiento, José Bayona. Los ladrones hicieron de noche un agujero en una de las paredes de la joyería, desde una nave contigua abandonada, y con sierras radiales destrozaron la caja fuerte que guardaba los objetos de valor.

La desagradable sorpresa llegó ayer lunes a primera hora, cuando los trabajadores acudieron al establecimiento. El suelo del comercio estaba completamente negro y en una de las paredes medianeras con la nave abandonada había un agujero desde el que entraron los ladrones.

Según el gerente del establecimiento, el robo debió de producirse sobre las dos de la madrugada. Los ladrones reventaron el candado con el que estaba cerrada la nave contigua y aprovecharon la tranquilidad de la noche para hacer el agujero con picos y cortafríos. A esas horas, un vecino oyó golpes y avisó al 091 del Cuerpo Nacional de Policía. De hecho, la alarma de un bar cercano comenzó a sonar y el comunicante pensó que los ruidos llegaban de ese local. Al lugar acudió un coche patrulla de la comisaría de Usera-Villaverde. Los agentes se bajaron y comprobaron que no había ninguna irregularidad en el interior, por lo que se marcharon.

Los ladrones utilizaron, según José Bayona, un inhibidor de frecuencias con el que anularon la alarma del taller de joyería, de forma que no saltó al colarse en el interior. El gerente del taller robado cree que fue el propio inhibidor utilizado por los ladrones el que activó la alarma del bar de enfrente. Esto también pudo despistar a los policías. Después los ladrones se dedicaron a forzar la caja fuerte. "Lo intentaron por la parte trasera con picos, mazas y cortafríos, pero, como está protegida por hormigón, no pudieron hacer nada. Debieron de ver que les era muy difícil y que se les echaba el tiempo encima", señaló el gerente del local.

Los ladrones cambiaron de sistema para reventar la caja fuerte. Emplearon sierras radiales para romper el acero de la caja. "Debieron de utilizar un montón de hojas porque estaba todo el suelo negro y lleno de suciedad hasta que llegaron al interior", añade Bayona.

"Mantas de sortijas"

El primer cálculo del gerente sobre lo que había en la caja fuerte es de 1,2 millones de euros (200 millones de las antiguas pesetas). Se trata de una cifra provisional, ya que en esa caja eran guardados todos los encargos de joyerías que trabajan con el taller, las de clientes que van directamente a este establecimiento y oro con el que trabajaban. "Había mantas de sortijas, de pendientes, relojes de oro, planchas de oro y mucho material", reconoce Bayona, quien no descarta que el valor del botín aumente tras hacer un análisis exhaustivo de toda la documentación y piezas depositadas.

El gerente del local, que lo dirige junto a su hermana, señala que este robo supone "la ruina" de siete familias: su padre -ya jubilado-, que lo fundó hace 40 años; los dos hermanos, y los cuatro empleados que tiene contratados. "O la policía logra recuperar pronto lo robado o tendremos que cerrar, porque no seremos capaces de hacer frente a todas las deudas para pagar a los clientes", añade el afectado.

Éste no es el primer robo que sufre el taller de joyería de los Bayona. En 1996, fueron objeto de un butrón, pero en aquella ocasión los ladrones no fueron capaces de abrir la caja fuerte con cortafríos y mazas. Un año más tarde, unos diez encapuchados entraron pistola en mano en el local y se apropiaron de todo lo que había. "Después contratamos un seguro, pero lo tuvimos que dejar dada la alta cuota que tenemos que pagar. Tampoco te pagan el 100% del material que tienes y, en cuanto das el mínimo parte por siniestro, te echan de la compañía y no te vuelven a asegurar", explica el hijo del dueño.

Una portavoz de la Jefatura Superior de Policía de Madrid señaló que agentes de la Brigada de Policía Científica acudieron al taller para intentar sacar huellas dactilares y restos de ADN. Investigadores del grupo XIII de la Brigada Provincial de Policía Judicial, especializados en la lucha contra robos en joyerías, junto con los de la comisaría de Usera-Villaverde se han hecho cargo de las pesquisas.