Una comisión independiente analizará las irregularidades en las elecciones afganas

Al final no hubo voto simbólico de los candidatos contestatarios para cerrar la crisis electoral afgana. Sin embargo, la formación ayer de un comité de expertos internacionales para analizar las denuncias de irregularidades marcó el principio de su fin. Un especialista electoral sueco, otro canadiense y un tercero pendiente de designación por la UE serán los encargados de la misión. Los aspirantes a desalojar a Hamid Karzai de la presidencia de Afganistán tienen hasta las seis de la tarde de hoy para presentar sus quejas por escrito. Queda por ver cuál será su reacción.

"Ante las irregularidades que se produjeron en la jornada electoral y las protestas de los candidatos, la Comisión Electoral Conjunta decidió ayer pedir a Naciones Unidas que sugiera un comité imparcial de expertos electorales internacionales para investigarlas y presentar las recomendaciones oportunas", anunció ayer el portavoz de la Comisión, Fahim Faruk. Era la oferta que varios diplomáticos destacados en Kabul habían hecho el sábado a Yunus Qanuni, principal rival de Karzai, para que depusiera su actitud. Parecía razonable, y el representante de la ONU, Jean Arnault, la hizo suya, con el visto bueno del embajador estadounidense, Zalmay Khalizad. Lo que nadie esperaba eran las dificultades que iba a suponer formar ese "comité imparcial". ¿Debía incluir afganos o sólo extranjeros? ¿Valían quienes ya estaban en Afganistán aunque hubieran estado trabajando en el proceso?

Con las urnas llegando a los centros de recuento, el tiempo apremiaba. Sin embargo, las instancias a las que recurrió la ONU ponían pegas para ceder a los especialistas que ya tenían sobre el terreno en Afganistán, en especial la UE. "Nos dijeron que su mandato no les permitía cedernos a uno de los miembros de su misión", explica un alto funcionario de la ONU que participó en las conversaciones. La UE ha desplazado a Afganistán para los comicios a 25 especialistas en procesos electorales.

"Los candidatos aceptaron el primer día que hubiera un representante de la Asociación Afgana de Derechos Humanos y otro de la Unión Europea", expone por su parte un miembro de esa misión de la UE. "Lo que pasa es que al día siguiente la ONU cambió los parámetros y, de repente, ya no había afganos; tampoco aceptaron nuestra propuesta de que al menos se admitiera a la AADH como institución de reconocido prestigio", añade.

Sea como fuere, Bruselas temió embarcarse en un comité que pudiera verse sometido a influencias exteriores, y a última hora del domingo se echó para atrás. Ayer la ONU decidió tirar para adelante con los dos nombres sobre los que ya había logrado consenso: el diplomático canadiense Craig Jennes y el técnico sueco Staffan Darnolf. Más polémico fue el anuncio de que la UE designaría a un tercer miembro. Anoche, la UE no tenía aún un nombre, pero sabía que no podía descolgarse del asunto.

Si ahora, cada uno de los actores en esta parodia empieza a tirarse los trastos a la cabeza, los afganos perderán definitivamente la confianza en la comunidad internacional y la democracia. Para la mayoría de ellos, lo ocurrido no ha sido más que fruto de la inexperiencia. "Estas elecciones han sido como un ensayo; no se podía esperar que salieran mejor en las condiciones de atraso en que se encuentra este país", defiende una joven profesional afgana que ha regresado tras 24 años fuera de su país.

El 80% de las urnas se encontraban ya ayer en los centros de recuento y el director de operaciones de la Comisión Electoral, David Avery, confiaba en concluir el proceso para mañana, miércoles. "Todos los centros de recuento están preparados para iniciar el escrutinio en el momento en que se lo digamos", concluyó. Sin embargo, eso no sucederá por lo menos hasta el miércoles. La Comisión Electoral ha pedido al comité de expertos que, en su primera revisión de las denuncias, indique qué casos pueden requerir aislar determinadas urnas para contar el resto de los votos. "El objetivo es no retrasar el escrutinio", indicó Faruk.