Agricultura acelera el Plan de Regadíos del anterior Ejecutivo
El ministerio pretende aumentar la superficie destinada a esos cultivos
El Ministerio de Agricultura mantendrá y acelerará la ejecución del Plan Nacional de Regadíos puesto en marcha por el Gobierno anterior, según las líneas generales en política de agua para el sector agrario señaladas por el secretario general de este departamento, Fernando Moraleda. El objetivo de la Administración socialista es igualmente aumentar la superficie regable, por considerar que es más fácil competir en tierras de regadío.
La continuidad en la ejecución de los planes de riego supone mantener el sistema de ingeniería financiera implantado con la Administración del Gobierno del Partido Popular, por el que los propietarios de las superficies afectadas deben pagar entre un 24% y un 25% al inicio de los trabajos y un 50% en un plazo de 50 años, con 25 años de carencia, coste que, aunque es muy diferido, en muchos casos supone casi recomprar la tierra.
El programa socialista contemplaba una revisión del Plan Nacional de Regadíos y, sobre todo, cambiar el sistema de pago de las obras, por cuanto en muchas zonas, más allá de Murcia o Valencia, el coste de las mismas para la modernización de estructuras, entre 6.000 y 9.000 euros, suponía hipotecar a sus propietarios.
Baja ejecución
Según los datos manejados por el Ministerio de Agricultura, sobre una superficie para consolidación de regadíos de 1.134.891 hectáeras, ya se está actuando sobre 1.079.870 hectáreas. Esta cantidad supone el 95,15% de las actuaciones programadas, con una inversión de 3.056 millones de euros. Sin embargo, el nivel de ejecución ha sido de sólo 1.076 millones de euros, lo que equivale al 35,72%.
En lo que afecta a los nuevos regadíos, se mantiene igualmente la ejecución de las 138.000 hectáreas programadas, las 86.000 hectáreas de regadíos sociales y otras 18.000 hectáreas de regadíos privados. El secretario general de Agricultura, Fernando Moraleda, lamenta que los niveles de ejecución en el conjunto del plan hayan sido bajos y ha señalado su decisión de impulsar los mismos, en la medida de las posibilidades presupuestarias, en los próximos meses. Para el desarrollo de una política más agresiva y transparente en la ejecución de este plan, Agricultura quiere contar con un trabajo mucho más coordinado de las Sociedades Estatales de Infraestructuras Agrarias, así como con la colaboración de la empresa pública Tragsa.
En el marco de esa nueva política que se proyecta para los regadíos, Agricultura proyecta la construcción de un centro de alta tecnología, tanto para la formación de los regantes como para el control de todos los materiales que se utilizan en el sector. La Administración quiere acelerar los trabajos para la modernización de los regadíos, tanto por razones de ahorro de agua y eficiencia como por otras medioambientales, por cuanto en muchas zonas las pérdidas de agua superan el 30%.
El Ministerio de Agricultura quiere lograr el máximo ahorro en la distribución y en cada explotación, para lo cual pretende una total informatización en el uso del agua. Moraleda considera que, ante los retos que se plantean en el futuro para el sector agrario, es más fácil una posición de competitividad para tierras con posibilidades de riego que para los secanos.
El problema al que no ha dado respuesta la nueva Administración socialista es quién, propietario de la explotación o Administración, debe pagar el coste de la mejora de esas viejas redes de distribución en zonas donde no resulta rentable el futuro cultivo para lograr el ahorro efectivo de agua.
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