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Reportaje:

Campofrío vuelve a empezar

El grupo se abre a nuevos negocios tras el fracaso de su estrategia de crecimiento

Campofrío es el líder de los productos cárnicos en España, con una cuota de mercado del 21% y una facturación superior a los mil millones de euros. Sin embargo, frente a la política de expansión defendida por su presidente, Pedro Ballvé, el grupo prepara otra estrategia de crecimiento basada en nuevos productos con mayor valor añadido, e incluso la entrada en nuevos sectores.

Pedro Ballvé, presidente de Campofrío, asegura contar con hasta 250 millones de euros para acometer los nuevos proyectos del grupo

Las apuestas más importantes de la empresa líder en el sector de la carnes en España se concretaban, durante los últimos años, en el crecimiento, por razones diferentes, en terceros países fuera de Europa, en la toma de posiciones en los países del Este, el dominio en el sector de las carnes frescas en España y en cerrar el paso a la entrada en el mercado español de un grupo multinacional.

En la balanza positiva de la política del grupo en los últimos años se halla el desarrollo del proceso de reestructuración y reordenación de estructuras tras la compra de Oscar Mayer y Navidul. Igualmente destaca la fuerte reducción de sus niveles de endeudamiento, que se quieren situar a final de año en 90 millones de euros, frente a los 300 que llegaron en el año 2000 tras su ofensiva compradora.

Sin embargo, junto a estos datos, en la parte negativa de esa balanza se halla la reducción de su facturación de 1.500 millones hasta menos de mil millones de euros para este año y, sobre todo, a la reducción de sus beneficios netos de casi 34 millones de euros en 2000 a 12,9 millones de euros en 2003. Todo ello, junto a la política de abandono de mercados y venta de empresas que los propios responsables del grupo calificaron en su momento como estratégicas para el futuro de la empresa.

Con la mirada puesta en terceros países emergentes fuera de la Unión Europea, o para acceder a otros mercados de gran consumo como el asiático o Estados Unidos, Campofrío diseñó en los años noventa una estrategia de expansión en zonas como Filipinas, con San Miguel, Agrocarne en la República Dominicana y México o Argentina, con Campo Austral. Campofrío se apuntó en su imagen el desarrollo de una estrategia agresiva que buscaba nuevos mercados.

Esa estrategia no dio, sin embargo, los resultados esperados, lo que ha llevado al grupo a cortar esa política con la venta de su participación en Filipinas, la venta de la empresa dominicana, la salida de México y el intento de venta hace años del grupo en Argentina. Campofrío justificó aquella política de desinversiones para centrarse en el mercado español y comunitario y para la toma de posiciones en los países del Este, futuros socios en la Unión Europea.

El matadero de Burgos

Con el gran matadero de Burgos construido por Caja Burgos como punto de referencia en el sector, Campofrío desarrolló en los últimos años una fuerte estrategia para tomar una posición dominante también en el segmento de las carnes frescas, tanto para el mercado nacional como para exportar a todo el mundo. La estrategia para el funcionamiento del matadero se complementó con una serie de proyectos con firmas como Castileon, Degaporsa o Degesa para la producción de cerdos controlados en un radio de 100 kilómetros alrededor del centro. Sin embargo, lo que se presentaba como un proyecto estrella en carnes frescas, probablemente consecuencia del fuerte endeudamiento asumido por el grupo por la compra de Oscar Mayer y Navidul, se vendió al grupo de ganaderos segoviano Proinserga el pasado año, operación justificada por la escasa rentabilidad actual del negioco de las carnes frescas.

Un tercer factor clave en la estrategia del grupo cárnico en los últimos años fue su gran apuesta en 2000 con la compra en España de sus más directos rivales, como eran Oscar Mayer y Navidul. Esta operación supuso duplicar en muchos casos estructuras, con el consiguiente coste de reordenación y un endudamiento superior a los 50.000 millones de pesetas de los de entonces. Pedro Ballvé justificó esa actuación como una acción necesaria para frenar con ello cualquier desembarco de una empresa multinacional en el sector de las carnes en España y concretamente de Sara Lee.

Sin embargo, cuatro años más tarde, Campofrío tiene en su consejo de administración, con el 22,4% del accionariado, a Smithfield Food, el mayor grupo en el sector de las carnes frescas de porcino en Estados Unidos, que en los últimos meses ha desarrollado, además, una fuerte ofensiva compradora en la Unión Europea. Aunque inicialmente desembarcó con el 15,2%, el paquete comprado con descuento al grupo norteamericano Hormel en el sector de los platos preparados, el pasado verano, aumentó su presencia hasta el 22,4% con la compra de una parte de esas acciones a la familia Ballvé.

Finalmente, el recorrido del primer grupo cárnico español se cierra en las últimas semanas con la venta de la empresa polaca Morliny por 42 millones de euros justamente al socio norteamericano que tiene en su consejo de administración. La llegada de los norteamericanos al grupo se presentó como una entrada positiva ante las sinergias existentes y la posibilidad de operar conjuntamente en diferentes mercados. Lo que no se esperaba en medios del sector es que la empresa norteamericana se hiciera tan pronto con la filial polaca, ante los reiterados anuncios de los responsables de Campofrío de que el Este era, en estos momentos, uno de sus objetivos prioritarios para operar desde allí hacia diferentes mercados.

A partir de este conjunto de acciones de ida y vuelta en el sector de las carnes y productos derivados, el grupo mantiene ahora una nueva apuesta para crecer en el mercado español y comunitario con una política de diversificación de productos que van de las carnes al pescado y, sobre todo, con la comercialización de nuevos platos preparados con un mayor valor añadido. Pedro Ballvé asegura contar con hasta 250 millones de euros para acometer tales empresas.

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