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Entrevista:JOSÉ ANTONIO GRIÑÁN | Consejero de Economía y Hacienda

"Zapatero no nos ha regalado nada"

Luis Barbero

José Antonio Griñán ultima los presupuestos autonómicos de 2005. Destaca la buena gestión de la Junta en los ocho años de Gobierno del PP. "En ese tiempo, en donde hemos tenido menos recursos del Gobierno central, el endeudamiento público de Andalucía pasó del 9,3% al 7,3% del PIB regional. En ese periodo el endeudamiento público de Valencia pasó del 7,6% al 10,6% de su PIB. Es inapelable".

Pregunta. ¿En qué se ha notado el cambio de gobierno en los presupuestos estatales?

Respuesta. Lo primero, en que el Gobierno deja de maltratar a Andalucía en el sentido de que reconoce un volumen de inversiones acorde con el peso de Andalucía en España. Lo segundo es que reconoce la insuficiencia de financiación de 2003 por un importe de 697 millones de euros. Lo tercero es que calcula el fondo de suficiencia de una manera más ajustada a la realidad, no como hacía el PP. El Gobierno de Zapatero no financia el déficit cero con las autonomías.

"Con el 'dumping' fiscal entre las comunidades hay que tener mucho cuidado"
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P. Hay comunidades que dicen que Andalucía ha sido premiada.

R. Es un debate que temía que se produjese. El Gobierno del PP, entre 1997 y 2003, dejó de dar a Andalucía 3.683 millones de euros. En cinco meses, Zapatero ha reconocido ese dinero: 2.500 del periodo entre 1997-2001; 486 millones de 2002 y 697 de 2003. Estos 3.683 millones que hemos recibido por ley es la medida del maltrato de Aznar a Andalucía. Y todos tenemos que hacer un esfuerzo para explicar en España que Zapatero no nos ha regalado nada, nos ha reconocido un derecho. P. ¿Le queda la espina de la deuda histórica?

R. Vamos paso a paso. La disposición adicional segunda [del Estatuto, conocida como deuda histórica] la estamos trabajando y vamos a cuantificarla.

P. Pese a que no vendrá en 2005, la Junta ha incluido una partida de 120 millones de euros con cargo a la deuda histórica.

R. En política, los símbolos tienen su importancia. El Gobierno andaluz sigue pensando que hay una cantidad que se puede y se debe exigir. Ésa no es la cuantificación, pero está bien que se sitúe en los presupuestos.

P. ¿La estimación de 1.148 millones de euros de la deuda histórica que hizo el Parlamento son un condicionante o un referente en la negociación?

R. Son un referente a estudiar. No quiero que nada que componga la financiación autonómica se vea fuera del consenso de las 17 comunidades, pero tampoco quiero que nada que forme parte de la financiación de Andalucía se contemple fuera del Parlamento. En la medida en que esta consejería tenga vistos los criterios para cuantificar la disposición adicional segunda, quiero que se hable en el Parlamento y obtener una posición común.

P. Sobre los 2.500 millones de la deuda de la financiación autonómica, ha habido una crítica inmediata de la oposición porque no se dedica todo a inversión.

R. Los 2.500 millones no son un regalo. Es lo que dejó de dar el PP a Andalucía entre 1997 y 2001. En esos años funcionamos sin algo a lo que teníamos derecho. Ahora llega esa cantidad y es evidente que, por una excepcional gestión de la Junta, vamos a poder capitalizar el 70% de esa cantidad. En un presupuesto se dedica normalmente el 14% o el 15% a inversiones y nosotros vamos capitalizar el 70% de una cantidad ordinaria.

P. ¿Por qué se reparte la inversión en tres años en vez de en uno?

R. Porque no queremos hacer un kilómetro de autovía cada año en cada pueblo y dejarlo luego todo tirado. Eso lo hacía Cascos y no tiene sentido. Las inversiones las haremos en dos-tres años, pero vamos a hacer una obra y terminarla.

P. Pero si un hospital o un colegio se pueden hacer en un año, ¿por qué hacerlo en dos?

R. Porque pagamos por obra recibida. ¿Se puede hacer un hospital regional en un año, incluso un hospital comarcal? ¿Nos creemos eso?, por Dios. Es un debate absurdo e ilógico que alguien pueda pensar eso de forma racional.

P. Para 2006 y 2007 quedan unos 1.000 millones de euros de la deuda de la financiación, ¿qué va a hacer con ese dinero?

R. La cantidad que no se vaya gastando, se subastará. Hay un dinero del que podemos obtener una retribución adecuada. En esa retribución podemos fijar criterios de remuneración económica y de inversión social.

P. El año que viene se invertirán 650 millones de ese dinero. ¿A qué proyectos irá?

R. He dado a cada consejería la envolvente financiera y ahora son las consejerías las que deben priorizar lo que les parece más adecuado. Sí creo que la Andalucía del interior, sobre todo las provincias de Jaén y Córdoba, merecen una atención preferente.

P. En las previsiones macroeconómicas de 2005, el objetivo de empleo para el año próximo es crear 71.800 puestos de trabajo. Teniendo en cuenta que el compromiso electoral es de 400.000 en la legislatura, ¿no se trata de un principio lento?

R. Creo que eran 300.000. En todo caso, cuando hemos formulado los presupuestos, el problema ha sido que todo el escenario tiene mucha incertidumbre. Nunca había ocurrido que se pudieran variar las perspectivas y las previsiones de organismos como la Unión Europea, el FMI o la OCDE tan bruscamente.

P. Andalucía lleva una década con un ritmo de crecimiento superior a la media española y de la UE. En las previsiones de 2005, la economía andaluza crece sólo una décima por encima de la española. ¿Compromete eso el objetivo de convergencia?

R. En términos estadísticos podemos discutir horas y horas sin ponernos de acuerdo. A finales de los noventa, crecíamos bastante por encima de la media nacional, pero el diferencial per cápita no lo reducíamos mucho porque también crecíamos en población. Crecíamos en el dividendo, pero también en el divisor, por lo que el cociente crecía poco o no crecía. Ahora resulta que estamos reduciendo el divisor porque la población está creciendo más deprisa en España que en Andalucía por la inmigración. Es posible que creciendo un poco menos, reduzcamos más el diferencial.

P. Al hilo del futuro sistema de financiación, ha adelantado que le gustaría que la comunidad gestionara más impuestos y tuviera más capacidad normativa, ¿en cuáles está pensando?

R. Los impuestos directos, hasta el límite en que no se produzca desigualdad entre las comunidades, tienen aún un trecho que permite mayor autonomía financiera; el IVA, en el tramo minorista; y otra serie de tributos donde podríamos asumir no sólo competencias de financiación, sino de gestión propia. La cesta de impuestos de las comunidades puede aumentar.

P. Excluyendo las de régimen foral, ¿el sistema de financiación debe ser igual en todas las autonomías o puede haber diferencias?

R. Puede haber diferencias, pero no desigualdades. Uno puede tener una competencia, por ejemplo prisiones, porque la quiere tener, y otro no. La mejor manera de que no haya desigualdades se llama Consejo de Política Fiscal y Financiera. Y una cuestión: en la Unión Europea la armonización fiscal va muy lenta y en España también debería haber pactos de armonización. Porque si no, puede haber competencia entre autonomías para poner los impuestos más bajos, de modo que al final no haya servicios sociales. Con el dumping fiscal hay que tener mucho cuidado, al final nadie paga la sanidad ni al anciano se le paga la pensión.

Con la vista en Madrid

José Antonio Griñán (Madrid, 1946) se sabe con cartas ganadoras para defender los primeros presupuestos autonómicos elaborados por la Consejería de Economía bajo su mando. El pago este año de los 2.500 millones de euros que Andalucía no recibió por el sistema de financiación entre 1997 y 2001 y el notable incremento de inversiones estatales (Andalucía recibirá un 17% del total, frente al 13% de los años anteriores), da muchos cuerpos de ventaja a Griñán frente a la oposición. Además, el trabajo de su predecesora, Magdalena Álvarez, en los años duros de confrontación con el PP, labor que no para de resaltar, le permitirá dedicar una buena parte de los nuevos recursos autonómicos a inversión.

Casado y padre de tres hijos, Griñán ha confirmado en los primeros meses de esta legislatura que es uno de los pesos pesados del nuevo Ejecutivo de Manuel Chaves, con el que le une una estrecha relación de amistad desde los años setenta. Con una amplia experiencia en la Administración autonómica (fue viceconsejero de Trabajo y consejero de Salud) y la central (ministro de Sanidad y de Trabajo), Griñán confiesa ahora que la negociación en junio con el Gobierno central sobre los 2.500 millones del antiguo modelo de financiación no fue fácil. Y que en los próximos meses tendrá que esforzarse en el discurso "didáctico" ante sus compañeros de partido en Madrid, donde este inspector de Trabajo debe desarrollar una labor negociadora vital: aguardan el pago de la deuda histórica y, sobre todo, el nuevo modelo de financiación.

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Sobre la firma

Luis Barbero
Es subdirector de Actualidad de EL PAÍS, donde ha desarrollado toda su carrera profesional. Ha sido delegado en Andalucía, corresponsal en Miami, redactor jefe de Edición y ha tenido puestos de responsabilidad en distintas secciones del periódico.

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