Bush cierra su mandato de cuatro años con la destrucción de 812.000 empleos
En septiembre se crearon 96.000 puestos, mientras la tasa de paro se mantuvo en el 5,4%
La economía estadounidense creó en septiembre 96.000 nuevos empleos. Un dato desafortunado para la Administración que preside George Bush, que el 2 de noviembre se enfrenta al examen de las urnas con un registro de 812.000 empleos destruidos bajo sus cuatro años de mandato. La creación de empleo en agosto también se revisó a la baja, hasta los 128.000 puestos de trabajo. La tasa de paro, entre tanto, se mantuvo estable en el 5,4%. El sector más perjudicado en septiembre fue el manufacturero, en el que se perdieron 18.000 contratos.
El dato publicado ayer por el Departamento de Empleo, el último antes de celebrarse las presidenciales en EE UU, es mucho más débil de lo que esperaba Wall Street, que estimaba en 155.000 los nuevos contratos firmados en septiembre. Además, se revisó a la baja la creación de empleo en agosto, de 144.000 a 131.567. La tasa de empleo se mantiene así en el 65,9%. La de paro, por su parte, se queda en el 5,4%, casi un punto por debajo del máximo del 6,3% alcanzado en junio de 2003. EE UU cuenta hoy con 8 millones de parados.
Por sectores, la evolución en el sector manufacturero es problemática para la Casa Blanca, porque en septiembre se perdieron 18.000 contratos. EE UU ha perdido 2,6 millones de empleos en la industria manufactura desde enero de 2001. En el sector del comercio también se destruyeron 15.000 puestos de trabajo. Mientras que en el sector de la restauración apenas se crearon 13.000 y 8.000 en el de la educación. El empleo en el sector público creció en 37.000 personas.
Los economistas calculaban que los cuatro huracanes que azotaron el sur del país el pasado verano podrían haber tenido un efecto importante en el mercado laboral. Pero el Departamento de Empleo dice que el efecto fue "limitado" y explica que muchas personas que se quedaron sin trabajo fueron contratadas para otras labores ligadas con la rehabilitación tras los ciclones.
La lenta recuperación del mercado laboral se convirtió en un tema recurrente en el segundo debate que la pasada madrugada mantuvieron el presidente, George Bush, y su rival demócrata, el senador John Kerry.
EE UU, desde que saliera de la crisis en agosto de 2003, ha recuperado 1,8 millones de empleos de los 2,6 millones que se perdieran por el impacto de la recesión. Esto significa que Bush se presentará a la reelección con una destrucción neta de 812.000 empleos, lo que le convierte en el primer presidente desde la Gran Depresión con un registro negativo. Si se tienen en cuenta las proyecciones para octubre, se suaviza a los 600.000 empleos destruidos.
La Casa Blanca dirige la culpa de esta situación hacia los ataques terroristas del 11-S, la debilidad económica, los escándalos corporativos y asegura que los despidos fueron heredados de la era de Bill Clinton. George Bush insiste en su discurso que han sido sus políticas fiscales -recortes de impuestos y aumento del gasto- las que han permitido superar la recesión de 2001 y crear 1,5 millones de empleos en EE UU. El secretario del Tesoro, John Snow, reconoció en todo caso que "no estamos satisfechos" con el dato.
La Administración de Bush contaba con crear 250.000 nuevos puestos de trabajo mensuales tras la crisis, para así tener el mercado laboral recuperado el día de las elecciones y absorber los cambios demográficos. Pero la economía no le ha respondido y se han creado empleos a un ritmo de 138.000 nuevos contratos mensuales desde agosto de 2003.
Lawrence Mishel, presidente del Economic Policy Institute, señala que el dato de ayer es un signo de "debilidad" de la economía estadounidense, que no es capaz de crear los nuevos consumidores que necesita el PIB para seguir avanzando.
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