Los sondeos auguran una victoria de los conservadores en Australia
El primer ministro, John Howard, opta a un cuarto mandato
A sólo un día de las elecciones generales, los 13 millones de australianos con derecho a voto están divididos casi a partes iguales entre los que temen perder lo conseguido y los que están dispuestos a apostar por un Gobierno que puede ser mejor aunque no haya constancia de ello. El primer ministro conservador, John Howard, y el líder laborista, Mark Latham, encarnan la lucha.
John Howard, de 65 años, es el primer ministro que ha conseguido levantar la economía y se declara convencido de que si no sigue al frente del país "Australia irá a peor". Mark Latham, de 43 años, hace apenas nueve meses que irrumpió como un torbellino en la política australiana, despertó a los laboristas y se alzó como alternativa viable a los conservadores que gobiernan la isla-continente desde hace casi nueve años.
Howard, que pretende ser reelegido por cuarta vez, no se ha dejado achantar por quien considera una persona "no preparada" para dirigir la nación. En una comida ayer en el Club Nacional de Prensa, mostró la firmeza de sus convicciones y dijo que habla a los australianos desde la perspectiva de quien puede ofrecer "un futuro basado en la experiencia" de cómo "dirigir la economía y los asuntos de seguridad nacional". Con muchas tablas, el primer ministro pintó un futuro de inflación y altos intereses bancarios si llegan los laboristas y capeó las críticas a su Gobierno con la afirmación de que no se refería a sus errores porque se estaba dirigiendo -el acto se transmitió por televisión- a los votantes aún indecisos.
El día anterior, sin embargo, Latham, con fama de incontinencia verbal, quiso presentarse tan moderado ante el aforo de periodistas nacionales y extranjeros, embajadores y hombres de negocios, que se limitó a exponer su programa sin dejar aflorar la vehemencia que le ha dado tanta popularidad en tan poco tiempo. Los conservadores "se apoyan en el miedo y yo en la esperanza", dijo al afirmar que "el Gobierno ha olvidado el futuro". El líder laborista señaló que su campaña iba dirigida sobre todo a las clases medias y bajas abandonadas por los conservadores.
Las elecciones al Parlamento son por circunscripciones, por lo que a la hora de votar muchas veces cuenta más el diputado en concreto que la ideología. La coalición gobernante la forman los liberales de Howard (68 escaños) y los conservadores del Partido Nacional (13 escaños), de un total de 150. Según los expertos, los comicios se juegan en una treintena de escaños marginales, sobre todo en el Estado oriental de Queensland, cuya población rural es muy conservadora.
El lunes, el diario The Age publicó los resultados de la última encuesta electoral, en los que la coalición conservadora obtendría el 52% de los votos frente al 48% de los laboristas. Los votos de Los Verdes, que se supone aumentarán considerablemente, se extenderán por distintas circunscripciones, pero no se prevé que consigan ningún escaño en la Cámara baja. En el Senado, sin embargo, donde se vota por listas -ahora se eligen sólo la mitad de los 76 senadores- podrían hacerse con hasta cinco escaños.
"Los australianos no somos tan arriesgados como los europeos, ni nos gusta cambiar tan frecuentemente de Gobierno", señala un dentista jubilado y satisfecho con que estas características faciliten la reelección de Howard. Sin embargo, su hija, la doctora Melanie Lowell, parece inclinarse por un cambio, sobre todo porque está en contra de la guerra de Irak y de la participación de Australia.
Muchos australianos contestan que a la hora de votar tendrán en cuenta la guerra de Irak y la seguridad nacional, lo que impide saber con claridad a quién votarán, porque si son favorables a la retirada de las tropas australianas, como ha prometido Latham para Navidad, su elección sería laborista. Pero si les preocupa el terrorismo, son los conservadores los que presumen de haber hecho de Australia un bastión infranqueable y presentan como prueba el que aquí no haya habido ningún atentado. Como si se tratara de un acuerdo explícito, ni Howard ni Latham han abordado estos temas en los días de campaña oficial.
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